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Cuatro décadas tras la herencia de Mendel

Más de una veintena de profesionales de prestigio, medio centenar de becarios, casi 500 publicaciones y 100 tesis. El departamento de Genética de la Hispalense cumple 40 años manteniéndose como referente nacional. No es de extrañar que si Mendel volviera a cultivar guisantes lo haría en Sevilla.

el 16 sep 2009 / 05:26 h.

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Más de una veintena de profesionales de prestigio, medio centenar de becarios, casi 500 publicaciones y 100 tesis. El departamento de Genética de la Hispalense cumple 40 años manteniéndose como referente nacional. No es de extrañar que si Mendel volviera a cultivar guisantes lo haría en Sevilla.

Por qué los hermanos se parecen a sus padres pero son diferentes entre sí, cómo producir industrialmente vitaminas, fabricar transgénicos, crear los mejores vinos o cómo curar enfermedades. La genética está más cerca de lo que se piensa. Tiene aplicaciones industriales, tecnológicas, médicas y alimentarias. Puede salvar vidas y mejorarlas. Y todo ello gracias al trabajo que se desarrolla en laboratorios como el que alberga la Facultad de Biología, en el campus de Reina Mercedes.

En su primera planta, se ubica desde hace más de 30 años el departamento de Genética, un referente nacional en esta disciplina. Centrada en el estudio genético de organismos microscópicos -hongos, bacterias y levaduras- ha logrado que la ciencia genética que se hace en Sevilla traspase las fronteras y llegue a todo el mundo.

Sus diez laboratorios, la cocina de cultivos, los almacenes, la biblioteca, los despachos y el ir y venir de batas blancas cargadas con probetas, microscopios y otros enseres reflejan el prolífico trabajo científico que en este departamento se desarrolla desde hace tres décadas. Pero hay que irse aún más lejos, al año 1969, para conocer su origen.

En la antigua Fábrica de Tabacos nacía de manos de un joven científico, Enrique Cerdá -que luego sería Medalla de Andalucía-, este pequeño grupo auspiciado por el premio Príncipe de Asturias Manuel Losada y que actualmente dirige Sebastián Chávez. Tras un breve periplo por el sótano de la Facultad de Matemáticas, el departamento por fin se instaló en Biología.

Desde entonces no ha dejado de crecer en cantidad y en calidad. Ya son casi 60 los profesionales que trabajan allí y más de 20 los que trabajan en el Cabimer, han participado en la publicación de 450 artículos, cada vez son más sus doctorandos e investigaciones así como sus colaboraciones con otras instituciones.

Por sus mesas han pasado desde una ministra, como Cristina Garmendia, a rectores como Juan Jiménez y Juan Ramón Medina e importantes científicos internacionales. "Casi todos nuestros profesionales se van al extranjeros a terminar su formación, les obligamos a ello, y los extranjeros vienen aquí atraídos por nuestro prestigio", explica Isabel López Calderón, ex directora del departamento y comisaria de los actos del aniversario.

un centenar de tesis

Coincidiendo con esta efeméride, se leía ayer en el salón de grados de la Facultad la tesis número 100. Dirigida por el propio Cerdá, que también dirigió la primera tesis del departamento en 1971, el trabajo de la doctorando Silvia Polaino obtuvo un sobresaliente cum laude, como todas las tesis desarrolladas aquí.

La nueva doctora defendió cómo los hongos generan en el acto sexual betacaroteno, un sustancia necesaria para fabricar la vitamina A que se necesita para la visión. "Aquí nos basamos en que las leyes genéticas que funcionan en los organismos microscópicos también lo hacen en los seres vivos más grandes; de ahí la importancia de estos trabajos", explica Isabel López.

Los días grandes de este departamento se celebrarán el 19 y 20 de noviembre en el Paraninfo de la Universidad donde se darán cita todos los doctorandos del departamento, la mayoría de ellos hoy trabajando en empresas multinacionales, universidades extranjeras, centros de investigaciones, hospitales, institutos de nutrición, etc. Todo un lujo para los amantes de la ciencia que inició aquel monje austríaco.

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