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Desactivada la alerta naranja

Esta madrugada se ha desactivado la alerta naranja establecida en Sevilla en previsión de lluvias intensas. La borrasca empieza a marcharse de una ciudad embarrada, tras arruinar media Feria de Abril, empantanar las calles y arriar 30 chabolas de El Vacie.

el 15 sep 2009 / 02:58 h.

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Esta madrugada se ha desactivado la alerta naranja establecida en Sevilla en previsión de lluvias intensas. La borrasca empieza a marcharse de una ciudad embarrada, tras arruinar media Feria de Abril, empantanar las calles y arriar 30 chabolas de El Vacie.

A las doce de la noche, Meteorología ha desactivado en Sevilla la alerta naranja por fuertes vientos y lluvias, ante la perspectiva de que la situación comience hoy a normalizarse, informó el Cecop. Las previsiones, de hecho, reducen para hoy el riesgo y la intensidad de las precipitaciones y anuncian un fin de semana relativamente soleado y algo más cálido. De cumplirse el pronóstico, habrá final feliz para una de las ferias de abril más intempestivas que se recuerdan, y durante la cual toda la ciudad ha sufrido los efectos menos deseables del agua: imbornales atascados, charcos inmensos, sótanos inundados y el consiguiente desbarajuste de tráfico. Las zonas más afectadas han sido El Cerro, el Porvenir, el Centro y Los Remedios, según los Bomberos.

Peor lo han tenido en El Vacie. Como viene siendo habitual, el asentamiento ha vuelto a ser uno de los reductos urbanos más castigados por las lluvias, con alrededor de treinta chabolas arriadas y daños por doquier. Ayer mismo, representantes del PP en el Ayuntamiento de Sevilla visitaron el lugar para hacer balance de perjuicios y, de paso, hacer un llamamiento "desesperado" para que se arregle la situación.

Con este dramatismo se expresó el portavoz popular Beltrán Pérez, quien, presente allí en compañía del portavoz Juan Ignacio Zoido, recordó que "son seres humanos y niños pequeños los que habitan el asentamiento", y que este tipo de reveses meteorológicos se sufren allí "multiplicados por tres". En conclusión, pidió que la municipalidad tome "medidas provisionales" para garantizar al menos "las condiciones más dignas posibles" para las alrededor de mil personas que viven allí.

Una de ellas es el portavoz del asentamiento, Ángel Montoya, que hacía ayer de representante de los suyos al lamentarse de los destrozos causados por el agua, con familias a las que "constantemente se les está inundando el techo" y se tienen que pasar toda la noche achicando agua.

Las lluvias, según comentó Montoya, han provocado que en la parte del asentamiento que da a la fachada del cementerio de San Fernando se haya acumulado una balsa de agua "que tranquilamente puede alcanzar 25 centímetros de profundidad y 150 metros de longitud". Y además, se ha ido la luz varias veces y las familias "no pueden dormir, porque están pendientes de que no se les vuele el techo de la casa". Aunque no ha habido desalojos, excepción hecha de quienes se han ido a casa de familiares para evitar males mayores, el líder patriarcal criticó ayer el hecho de que las labores de acondicionamiento corresponden en exclusiva a los habitantes del núcleo chabolista. "Los bomberos han dicho que tenía que venir un técnico y Bienestar Social ha estado allí pero tampoco ha hecho nada", se quejaba Montoya. "Queremos que se preocupen un poco por nosotros", añadió; "que nos arreglen las chabolas o que terminen por quitar esto de una vez, porque estamos dispuestos a pagar contribuciones".

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