Si la noche del martes la "impredecible" tormenta -la mayor del interior andaluz en la historia- alteró el sueño de los vecinos de Aguilar de la Frontera y Bujalance (Córdoba), la pasada madrugada también fueron pocos los que durmieron. El agua volvió a entrar en la barriada de El Tejar, una de las más afectadas de Aguilar, donde cayeron de madrugada 40 litros por metro cuadrado y se derrumbó el muro de una vivienda sobre la parroquia del Santo Cristo Rey, sin causar daños personales. Al igual que en Bujalance, donde ayer no llovió, los trabajos de limpieza no pararon ni de noche ni de día salvo a media tarde, cuando ambos pueblos se volcaron en la despedida a sus tres vecinos fallecidos.
Unas 6.000 personas, según fuentes municipales, se agolpaban en la plaza de San José de Aguilar para despedir a J.A.U.V., de 29 años y su tía, E.P.C., de 56, que fallecieron al ser arrastrado el todoterreno en el que viajaban en las inmediaciones de la laguna Zóñar. El funeral fue oficiado por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, ante las 200 personas que pudieron acceder al templo. Más íntima fue la despedida a J.L.P.G., de 36 años, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Bujalance, a la que asistieron varios cientos de vecinos.
contratos a parados. Junto a los operarios municipales, siguiendo la propuesta que hizo el martes al alcalde de Aguilar el presidente andaluz, José Antonio Griñán, el Ayuntamiento comenzó a contratar cuadrillas de jóvenes desempleados, algunos de ellos directamente afectados, para colaborar en la limpieza. Los contratos, según explicó la Delegación del Gobierno en Córdoba, serán inicialmente sufragados por el consistorio. La Junta se hará cargo del coste restante de los trabajos y ha ofrecido a los ayuntamientos ayudas para el realojo y manutención de los vecinos si fuera necesario.
Ayer visitaron la zona el presidente del PP-A, Javier Arenas, y su número dos, Antonio Sanz, que pidió un decreto para agilizar las ayudas a los afectados por inundaciones.
Aunque son muchas las casas y comercios afectados, y los vecinos comenzaron a acercarse a las oficinas de información habilitadas, la mayoría de los damnificados pasaron la noche con familiares. Desde el Ayuntamiento de Bujalance explicaron que hay unas cinco familias, entre ellas la del hombre fallecido al caerle un muro encima, que "lo han perdido todo", y aunque se les ofreció la residencia de mayores, se realojaron con parientes. En otros casos, las casas sólo se han visto parcialmente dañadas y sus propietarios se afanaron en limpiarlas para volver.
El volumen de vehículos afectados es menor que en Aguilar, donde ayer continuaron los trabajos para reflotar los arrastrados por el barrio, pero sí sufrieron daños varios en garajes y tres sobre los que se cayó un muro. Más afectados se encuentran varios comercios y establecimientos, sobre todo del polígono industrial de Bujalance, donde se acumuló "mucho barro" y hay varias naves agrícolas y almacenes fitosanitarios afectados. En el pueblo, sólo permanecían cerrados un supermercado, una tienda de informática y otra de muebles.
El gran problema es la falta de agua potable que afecta tanto a Bujalance como a Cañete de las Torres por una avería "de gran magnitud" debido a que reventó una tubería de unos 30 metros. Se prevé que hoy los vecinos se despierten ya con agua en sus grifos. Mientras, dos camiones cisterna abastecieron al pueblo.
La Junta y los ayuntamientos mantienen activado el plan de emergencias, si bien Meteorología ha retirado la alerta amarilla en la zona. Las lluvias intensas podrían volver hoy desplazadas a las provincias orientales, debido al embolsamiento de aire frío.
