Díaz vuelve a invocar la regeneración política

La presidenta ha abogado, durante su discurso institucional en el acto del Día de Andalucía, por la práctica de "políticas ejemplares, austeras y transparente".

el 28 feb 2014 / 13:54 h.

Entre las dos aguas de Paco de Lucía arrancó ayer la presidenta de la Junta su primer discurso institucional un 28 de febrero. Echó mano del guión oficial que le acompaña en los últimos meses. Compromiso por la regeneración política y para remontar la desafección de los ciudadanos. Autocrítica ante las altas cifras del paro en la comunidad (millón y medio de andaluces sin trabajo). Bochorno por la corrupción. Y un aviso: Andalucía tiene mucho que decir y mucha sensatez que poner en el debate territorial y frente al órdago secesionista lanzado por Cataluña. Díaz, que no suele ser muy institucional, ayer sí que pisó las tablas leyendo y sin salirse del guión escrito. Su tono y su extensión contrastó con quien le antecedió en el uso de la palabra. Miguel Ríos fue más mitinero que la presidenta. En un día festivo, de celebración, con el sol en la calle y protestas a las puertas del Teatro de la Maestranza, la presidenta accedió y salió del lugar entre abucheos por distintos colectivos de manifestantes con quejas laborales y por recortes, fundamentalmente. Lo tuvo en cuenta en su discurso. Quiso la dirigente socialista acordarse de quienes no tienen motivos para estar alegres, de los parados, de los pensionistas, de quienes no pueden pagar la hipoteca o la luz y de los empleados públicos, grandes damnificados por los recortes en aras del déficit. La presidenta del Gobierno andaluz volvió a situar la creación de empleo como la gran prioridad de su gobierno y se extendió de nuevo, como hizo en su investidura –el discurso fue muy similar– en su compromiso de cambiar la política y de remontar la desafección que los ciudadanos muestran reiteradamente en las encuestas. Renovó sus votos de transparencia y compromiso de rendición de cuentas. «Tenemos que demostrar que esa voluntad de cambio y de regeneración que nos piden los ciudadanos es real», insistió Díaz. Fue llamativo que dedicará parte de su intervención a alabar el trabajo de los políticos de los ayuntamientos, de los concejales en los gobiernos municipales o en la oposición, los que trabajan más de cerca con el ciudadano. Queda algo más de un año para las próximas elecciones municipales. Reivindicó también, como la primera mujer en presidir la Junta, la igualdad y se reafirmó en su lucha contra la discriminación y la desigualdad. También enarboló la bandera de la solidaridad y de la protección de los más débiles de la sociedad. Se acordó de los países de la orilla sur del Mediterráneo, de la inmigración y de los trágicos sucesos de Ceuta. Por supuesto, habló del papel de Andalucía en la construcción del Estado de las Autonomías y de lo que supuso 34 años atrás. Habló veladamente de Cataluña, de las «grietas» que han aparecido en el modelo territorial, defendió con firmeza la descentralización política y reivindicó una financiación «justa y razonable» para las autonomías . Proclamó con fuerza que para muchos españoles «Andalucía es la garantía de que las cosas se harán bien».  

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