La revuelta estalló en Egipto. Decenas de miles de egipcios desafiaron ayer otra vez las intensas medidas de seguridad desplegadas por el Gobierno en previsión de una nueva jornada de protestas y el apagón que el régimen impuso tanto en internet como en los servicios de telefonía móvil y se echaron a las calles de El Cairo, pero también de otras ciudades como Suez o Alejandría.
Ante el recrudecimiento de la ola de revueltas ocurrida esta semana en Egipto y en la que los ciudadanos exigen la caída de Mubarak, que lleva 30 años en el poder, el presidente, Hosni Mubarak, amplió el toque de queda a todas las ciudades, según informó la televisión estatal. Para impedir su caída, el Gobierno ordenó al Ejército que respaldase a la Policía, que hasta ahora había sido la única encargada de contener a los manifestantes.
Aunque el toque de queda ya estaba en vigor en las tres principales ciudades del país, miles de ciudadanos no lo estaban respetando y continuaban protestando en las calles. En El Cairo, prendieron fuego a la sede del partido de Mubarak y también irrumpieron en el Ministerio de Exteriores. Mientras en Suez los manifestantes se encaramaron en lo alto de los tanques militares.
El político opositor Mohamed ElBaradei, que llegó el jueves a El Cairo desde Suiza, también se sumó a las protestas, después de que por la mañana la Policía le mantuviera retenido brevemente en el interior de la mezquita a la que había acudido a rezar. Algunas fuentes indicaron posteriormente que habría sido puesto bajo arresto domiciliario, si bien la información aún no fue confirmada. En una entrevista concedida al diario británico The Guardian antes de las protestas, el Nobel de la Paz consideró que el régimen de Mubarak "está en las últimas" y reclamó a la comunidad internacional que no se quede callada ante la situación que se vive en el país, "una gran prisión".
De momento, las protestas se han saldado con cinco fallecidos y unos 870 heridos, de los cuales 420 han tenido que ser hospitalizados y el resto han sido atendidos en plena calle. Algunas de las personas que necesitaron asistencia médica tenían heridas de bala. En los enfrentamientos también resultaron dañados algunos policías, aunque, por el momento, las fuentes consultadas no han detallado cuántos.
Además los usuarios de internet en Egipto también denunciaron ayer graves problemas para acceder a internet y para enviar mensajes de texto a través de telefonía móvil en la capital. Algunos vecinos de esta ciudad aseguraron que no tienen posibilidad alguna de entrar en la red, mientras otros apuntaban a que las limitaciones afectan a las páginas de redes sociales, como Facebook. También hubo quienes aseguran no poder utilizar sus móviles para enviar mensajes de texto.
Desde la base. A raíz de estas protestas, los Hermanos Musulmanes, la organización musulmana más importante del mundo, aseguró que las "extraordinarias protestas" registradas "han tenido carácter espontáneo" y tienen por doble objetivo tanto la dimisión de Mubarak como evitar que su hijo Gamal acabe impuesto como su sucesor directo. "Estas protestas no han sido iniciadas por ningún poder político, sino desde las bases. Ha sido la juventud, sobre todo, quien ha dado el paso adelante", declaró un portavoz de la organización a la cadena panárabe Al Yazira. A juicio del portavoz, los manifestantes han denunciado, con su masiva salida a las calles, "las injustas políticas de este régimen (de Mubarak) que lleva más de un cuarto de siglo en el país".
Tras la escalada de violencia, la comunidad internacional ya tiene activados sus mecanismos para intentar que la situación tenga un final pacífico. Entre los dirigentes europeos destacó ayer la canciller alemana, Angela Merkel, quien exigió el fin de la violencia y destacó que la estabilidad no se deba defender "a costa de la libertad de opinión".
Igualmente, el portavoz del departamento de Estado de EEUU, P.J. Crowley, consideró ayer que es "vital" para el futuro de Egipto que el país emprenda reformas y aconsejó a Hosni Mubarak que no vea a sus ciudadanos como una "amenaza" sino como un socio, además de pedirle "contención" y que se respeten los derechos fundamentales. También abordó esta crisis la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navy Pillay, quien aseguró que las autoridades egipcias han arrestado a más de 1.000 personas en los cuatro días de protestas masivas.
Consejos de España. También el Gobierno español reclamó que se respete la libertad de expresión en Egipto y expresó su deseo de que la situación que atraviesa el país se resuelvan mediante el "diálogo pacífico". El Ejecutivo está "siguiendo con atención los acontecimientos" en Egipto y pide que se evite la violencia. Asimismo, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se recomendó también a los alrededor de 800 españoles que residen en Egipto así como a los numerosos turistas que visitan el país de las pirámides a que mantengan "extrema prudencia", y desaconsejó viajar al país. Una recomendación que también realizó EEUU.
