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El abogado cree que Fritzl está loco y debe ingresar en un psquiátrico

El abogado de Josef Fritzl, el jubilado austríaco que violó y encerró a su hija Elisabeth 24 años en un sótano, aseguró que su defendido no es responsable de sus actos y que debe ir a una institución psiquiátrica. Una de las siete hijas nietas de Fritzl sigue hospitalizada en estado de extrema gravedad.

el 15 sep 2009 / 04:15 h.

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El abogado de Josef Fritzl, el jubilado austríaco acusado de haber violado y encerrado a su hija Elisabeth 24 años en un sótano, aseguró que su defendido no es responsable de sus actos y que debe ir a una institución psiquiátrica. Una de las siete hijas nietas de Fritzl sigue hospitalizada en estado de extrema gravedad.

"Mi opinión personal es que Josef Fritzl es un enfermo psíquico y por tanto no es responsable de sus actos. Mi cliente no debe ser encerrado en una cárcel, sino en una institución psiquiátrica", dijo el abogado Rudolf Mayer al dominical alemán Bild am Sonntag.

El jurista, conocido en su país por defender casos criminales especialmente complejos, advierte de que, en caso de que el forense del Tribunal no lo vea así, "estudia" recurrir a un experto propio para que ratifique esa "opinión personal".

Mayer recuerda, finalmente, que su defendido ha admitido los cargos de incesto y de haber encerrado a su hija, pero que se defenderá de otros, como "asesinato por negligencia". Según Bild en caso de prosperar su tesis de la no responsabilidad Fritzl podría ser condenado a un máximo de 15 años y salir en libertad, en caso de buena conducta, mucho antes.

Mientras el secuestrador y violador debate con su abogado la estrategia de su defensa, la primera hija-nieta del delincuente, Kerstin Fritzl, sigue en extrema gravedad, aunque estabilizada con un coma inducido y respiración artificial en el hospital de la localidad.

Fue precisamente la delicada salud de Kertstin, quien a sus 19 años no ha visto todavía la luz del sol, y su precipitado ingreso en el hospital de Amstetten el pasado día 19 lo que sacó a la luz el secuestro y las violaciones a que sometió Josef Fritzl a su hija Elisabeth, de 42 años, durante un cuarto de siglo.

Kerstin presentaba, además, una gran despigmentación y problemas dentales y musculares, debido a la falta de vitamina D por la ausencia de luz solar y por el exiguo espacio vital del que disponía en el zulo de 60 metros cuadrados que compartía con su madre y dos de sus hermanos: Stefan, de 18 años, y Felix, de 5.

Éstos se encuentran solos en una planta del hospital, atendidos por un equipo de profesionales y con los cristales oscurecidos para que aquellos que padecieron el encierro subterráneo puedan acostumbrarse paulatinamente a la luz solar.

Acoso periodístico. El edificio está vigilado por guardas de seguridad, policías, bomberos de la localidad e incluso miembros de la unidad de élite Cobra para evitar que los fotógrafos accedan al hospital para capturar una imagen de la familia.

Los diarios austríacos relataban ayer que en la noche del viernes se detuvo a un fotógrafo disfrazado de policía que trataba de entrar en el centro médico. Asimismo, se interceptó a varios más que intentaron saltar las vallas del centro.

Además, los policías han tenido que bajar a fotógrafos encaramados a los árboles que rodean el hospital y, según publicó ayer el diario Österreich, incluso llegaron a hacer frente a un grupo que trataba de entrar por la fuerza en el centro sanitario.

Ante esta situación, el primer paseo al aire libre de las víctimas no ha podido tener lugar, no sólo por la necesaria adaptación paulatina a la luz, sino también por el permanente acoso mediático.

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