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El algodón transgénico nace y muere en Sevilla

Las cosechas de las fincas experimentales no se pueden vender

el 24 ago 2010 / 18:55 h.

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Varias cosechadoras recolectando algodón en una explotación de Brasil.

La rentabilidad que para un agricultor supone la producción de algodón ecológico "es el doble" que la obtenida con la producción transgénica, explicó ayer la integrante de Greenpeace España y autora de un estudio comparativo del sector algodonero, Reyes Tirado. En la provincia de Sevilla hay fincas experimentales, pero ni su cosecha ni las semillas se venden en España.

Tirado expuso las conclusiones obtenidas del estudio realizado en el sur de la India, el segundo país productor y exportador de ese producto, y manifestó que el algodón modificado genéticamente requiere un uso de plaguicidas "veinte veces superior" al necesario para la cosecha convencional, aunque matizó que la producción es "similar".

La ecologista aclaró que con el algodón transgénico no se evitan las plagas, ya que aparecen otras "secundarias" e, incluso, se vuelven más resistentes ante los productos químicos.

El responsable de Agricultura y Transgénicos de Greenpeace España, Juan Felipe Carrasco, indicó que en Andalucía existen campos experimentales de algodón modificado genéticamente, que se sitúan en las provincias de Cádiz y Sevilla, aunque destacó que su producción no se está comercializando.

Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG-Andalucía, manifestó que el estudio de la organización ecologista confirma que "el futuro del algodón no pasa por el transgénico, sino por potenciar cultivos sostenibles económica y ambientalmente", y que permitan a los agricultores "ser independientes" de compañías multinacionales.

Frente a COAG, las asociaciones agrarias Asaja y UPA sí apoyan la biotecnología aplicada al algodón.

El coordinador del área de algodón de COAG-Andalucía, José Antonio García, recordó que actualmente Andalucía cuenta con el 95% de la producción nacional algodonera y criticó el descenso en el número de explotaciones, hectáreas e industria que la comunidad ha sufrido con la reforma de la legislación europea en 2006 y que "no garantiza la continuidad del sector a medio plazo".

COAG: «Las cuentas no salen»

"Las personas que cultivan algodón transgénico se enfrentan a grandes deudas y tienen elevados costes del cultivo, lo que les hace más vulnerables a las crisis financieras", señaló el responsable de la campaña de transgénicos de Greenpeace España, Juan Felipe Carrasco. El secretario de organización de COAG, Eduardo López, apuntó que "además, de las consecuencias que estos cultivos puedan tener sobre la salud o sobre el medio ambiente, con el algodón transgénico las cuentas no salen y las voces que defienden su rentabilidad están haciendo demagogia, sin aportar datos rigurosos".

 

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