La ley del mercado, oferta y demanda, flotas que dirigir, ciudades que construir y todo un mundo por gobernar. Una idea del progreso que encauza el devenir del mundo desde hace siglos y que es el espíritu que inspira a la longeva franquicia Patrician desde sus ya lejanos inicios.
Fue en 1992 cuando apareció el primero de los títulos de la serie de la mano de Ascaron para PC, Atari ST y el legendario Amiga. Similar a otros juegos de estrategia del tipo Age of Empires, pronto se diferenció al adoptar un desarrollo centrado en la gestión eficaz de los recursos económicos para prosperar y llegar, incluso, a gobernar.
Su continuación, realizada también por Ascaron en 2000, supuso la evolución lógica de un juego de éxito que culminó en 2003 con la magnífica tercera entrega, útima de su desarrolladora original y venerada por una legión de fieles jugadores.
En Patrician IV, Gaming Minds toma el testigo de Ascaron y el objetivo sigue siendo el mismo: convertirse en el líder de la Liga Hanseática por encima de los demás aspirantes. Para ello podremos optar por los diferentes roles de pirata, joven mercader o gobernador, con todo lo que implica cada uno en cuanto a diferentes planteamientos de la estrategia (robo, comercio o gobierno) y que aportan una de sus grandes atractivos: la enorme cantidad de posibilidades de afrontarlo y su rejugabilidad casi ilimitada.
La idea principal es común a los diferentes roles: progresar obteniendo los mayores beneficios posibles en las transacciones y gestionarlos con sabiduría para llegar a obtener el máximo poder. Es esta gestión, y las pantallas del juego (ciudad y carta de navegación) en la que se lleva a cabo, la que consumirá la mayoría del tiempo de juego. Las posibilidades de configuración son casi ilimitadas. Casi cada elemento se puede controlar y personalizar: desde los precios de los productos a los trabajos a realizar pasando por las rutas comerciales que seguir.
Siendo como es un juego eminentemente de estrategia, incluye también momentos de combate naval que se antojan peor acabados que el conjunto pero que añaden un componente de variedad a la acción. Estos combates, previsibles cuando se encarna a piratas, surgen cuando el jugador decide defender sus mercancías o apropiarse de las que pueblan las bodegas de los navíos rivales. Aunque pueden resultar demasiado sencillos, se agradece el respiro mental que supone su inclusión en la trama.
Gaming Minds y Kalypso ha creado un juego continuista, sin grandes sorpresas y que evoluciona de forma más suave de lo que algunos podrían esperar. Visualmente atractivo, destaca en los aspectos de gestión económica, social y comercial, los verdaderos puntos fuertes que le han hecho la serie de referencia en este campo. Patrician IV no es revolucionario, pero sí ideal para los más de dos millones de seguidores que tiene y que lo conocen a la perfección, además de para algún que otro recién llegado que busque algo diferente entre la ruidosa oferta actual y que no tema enfrentarse a la, en un primer momento, confusa interfaz. Entretenido, rejugable y para amantes de la estrategia. Sin duda una buena inversión.
