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El aula se distancia de la realidad laboral

Seis de cada diez estudiantes creen que cobrarán más de 1.500 euros y la mitad no conoce las condiciones de su futura profesión

el 22 jun 2013 / 23:00 h.

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J.M. Espino (Atese) J.M. Espino (Atese) ¿Cuál es la distancia que existe entre el estudiante sevillano de enseñanzas medias y la realidad del mercado laboral que se va a encontrar cuando finalice su formación? Pues si nos atenemos a la encuesta elaborada por Eusa y la Cámara de Comercio de Sevilla presentada esta semana, el resultado es abismal, al menos en lo que concierne a lo que los alumnos creen que cobrarán cuando inicien su andadura laboral. Y es que sorprende, cuanto menos, que con la que está cayendo, las altas tasas de desempleo, los continuos procesos de reestructuración en las empresas y los recortes salariales y de derechos, la mayoría de los futuros universitarios –tres de cada cuatro señalan que se decantarán por la universidad– piensan que recibirán un salario mensual de 1.500 euros en adelante. En concreto, el 60%. Más llamativo resulta, dentro de ese porcentaje, el 7,5% que sueña que superará los 3.000 euros al mes y el 18,4% que considera que percibirá de 2.000 a 3.000 euros, mientras que el 33% estima una retribución de 1.500 a 2.000. Por contra, el resto de alumnos se divide entre los que ven más factible cobrar de 1.000 a 1.500 euros (25,2%), el 13,7% que lo cifra de 700 a 1.000 y el 2% que señala que no recibirá más de 700 euros. La encuesta arroja otro dato significativo. Y es que los jóvenes, que como es lógico en el 96% de los casos optarán por estudios relacionados con el tipo de trabajo que quieren desarrollar, no tienen demasiada idea, por contra, de qué es lo que se van a encontrar cuando llegue ese momento. Y es que la mitad de los alumnos sevillanos (49,6%) se lanza a la aventura de estudiar una carrera sin saber cómo accederá a un trabajo, el nivel salarial de ese sector, la tasa de paro que tiene, las exigencias de formación que se requieren o en el entorno geográfico en el que pueden desarrollarlo. La otra mitad asegura contar con estas nociones. Esta distancia del aula respecto de la realidad laboral se hace menos evidente cuando se les pregunta a los jóvenes cómo es más fácil dar el salto hacia el contrato. El 48% considera que la carrera universitaria ya no es suficiente y apuesta por aderezarla con un máster que complemente los estudios. El 33,4% cita sólo la carrera universitaria. Aun así, un 42% piensa que será muy difícil trabajar de lo suyo y la mitad confía en conseguirlo entre seis meses y un año después de terminar los estudios. También son conscientes de que el mercado laboral es mucho más flexible y dan por descontada la movilidad geográfica. Algo más de ocho de cada diez afirman que están dispuestos a marcharse a otro país, cuando en la misma encuesta realizada un año antes, la respuesta afirmativa rozaba el 70%, 12,4 puntos menos. Además, ha calado el mensaje de que Alemania requiere trabajadores, puesto que lo citan –de un total de cinco países– como en el que hay mayor facilidad para acceder al mercado laboral. EEUU, Noruega y Francia le siguen. España cierra el ranking. Y uno de los habituales quid del futuro laboral. ¿Ser o no ser funcionario? Un 40,6% aspira a la estabilidad de la función pública –sin tener en cuenta tal vez que no ha escapado a los recortes durante la crisis–, una cifra similar a la de la encuesta del curso pasado. No obstante, el 32% señala su interés por ser empresario y montar su propio negocio (sube ligeramente, antes eran el 30,5%) y el 27,5% se conforma con ser asalariado por cuenta ajena (el 29,13% en el anterior sondeo). Informe 2013

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