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El Betis de Tapia da varias vueltas al Betis de Víctor

El Betis de Víctor Fernández juega al fútbol bastante mejor que el Betis de Antonio Tapia, pero resulta que suma menos puntos y marca menos goles. Y está más lejos del tercero.

el 21 feb 2010 / 20:29 h.

Emana intenta irse de Verza, del Albacete.
Las comparaciones, además de odiosas, también pueden ser extrañas. En el caso del Betis, lo extraño suele ser normal porque así es este club, pero no deja de resultar sorprendente que el equipo verdiblanco, futbolísticamente muy mejorado por la mano de Víctor Fernández, esté peor que nunca en la clasificación y en la producción ofensiva. El Betis se encuentra a ocho puntos de distancia del tercer clasificado y si no está más cerca es precisamente porque las porterías rivales, que al principio parecían enormes para los atacantes verdiblancos, son ahora como fortalezas casi inexpugnables. El Betis ha perdido gol al mismo ritmo que ha ido perdiendo puntos y lo curioso es que los números de Víctor, pese a la mejoría futbolística, son mucho peores que los de Antonio Tapia, de quien se ensalzaban algunas virtudes pero no la excelencia con el balón en los pies.

Las matemáticas, que al fin y al cabo tienen más importancia que el buen juego en la lucha por el ascenso, son muy claras. En estos cuatro primeros partidos de la segunda vuelta, que son los cuatro primeros suyos al frente del equipo, Víctor y su Betis llevan tres puntos menos que Tapia y su Betis a estas alturas de la primera vuelta. Ha sumado seis, frente a los nueve que logró el entrenador cordobés, que en este tramo acumulaba tres victorias en cuatro partidos (Recreativo, Córdoba y Albacete). En el global sí gana Víctor, al que los seis puntos en cuatro jornadas le dan un ritmo de 1,5 por jornada, frente a los 1,4 de su predecesor, pero huelga decir que este nivel de puntuación es insuficiente para soñar siquiera con el ascenso.

Si la comparación entre un míster y otro se centra en el balance ofensivo, la diferencia es brutal... a favor de Tapia. En aquel parcial de las cuatro primeras jornadas, el conjunto de Heliópolis marcó la friolera de doce tantos (tres al Recreativo, dos al Hércules, tres al Córdoba y tres al Albacete) y su media era de casi tres por choque. En el presente, en los cuatro primeros partidos de la segunda vuelta, la escuadra de Víctor sólo ha hecho tres goles (uno al Córdoba, otro al Hércules y el último en Huelva, pero ninguno al Albacete), así que el promedio es de 0,75 por partido.

OCASIONES Y SEGUNDAS PARTES. La gasolina se le ha acabado al ataque del Betis en un momento demasiado importante de la temporada. Cierto es que Sergio García parece otro y que por lo menos acabó con una sequía que había empezado en diciembre, pero también es verdad que el pichichi del equipo también es el que más ocasiones falla. Ante el Albacete, tres muy claras, incluido un penalti; en Huelva, otra, la anterior al gol; y contra el Hércules, dos más. El problema del Betis es que ningún otro futbolista parece capaz de generar peligro de verdad si Sergio no está o Emana y Pereira no aparecen. Pavone no ve puerta desde noviembre, el camerunés tampoco canta gol desde diciembre...

Y luego queda el asunto del bajón del Betis en las segundas partes. Cada vez lo es menos, pero haberlo haylo. El Betis, curiosamente, ha repartido sus 32 goles de forma equitativa: 16 en las primeras partes y 16 en las segundas. Pero los 16 de las segundas partes fueron todos en la etapa de Tapia. Con Víctor, los tres que ha hecho el equipo llegaron en la primera. En realidad tiene su lógica. En cuatro partidos, el Betis de Víctor ha generado catorce ocasiones claras, pero sólo tres fueron en la segunda parte (un par ante el Córdoba y otra, un cabezazo de Pavone que despejó Cabrero, este sábado). El bajón físico, ya no tan bajón pero sí declive en todo caso, se nota. Si no, el Betis no sería séptimo.

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