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El Betis es líder pero no perfecto

Pepe Mel debe corregir lo antes posible dos errores en los que su equipo incurre demasiado a menudo: las expulsiones, siete ya en lo que va de campaña, y las faltas en contra.

el 21 nov 2010 / 20:21 h.

Jaime Latre expulsa a Miki Roqué.
La jornada número trece trajo mala suerte al Betis, pero el traspié en Cartagena no tiene por qué precipitar en la inquietud a un equipo que ha ganado nueve de sus trece encuentros y ha permanecido en los puestos de ascenso directo en doce de las trece jornadas. Pepe Mel está construyendo un bloque sólido, aunque el líder también presenta defectos cuya reiteración quizá sí es un buen motivo para que el técnico se preocupe. En el estadio Cartagonova reaparecieron una vez más los dos más significativos del Betis hasta ahora, los verdaderos talones de Aquiles de un equipo que parecía casi inviolable. Se trata, cómo no, de las expulsiones y los goles de falta en contra.

El extraño gusto de los jugadores del Betis por ver tarjetas rojas debe ser inmediatamente corregido por Mel. No es muy normal que el líder de la categoría, cuya apuesta es el juego ofensivo, haya sufrido más expulsiones que nadie en Segunda. Algunas han sido justas y otras no tanto, pero el caso es que al Betis le han enseñado ya seis cartulinas rojas en lo que va de Liga (incluida la expulsión del entrenador en Cartagena) más otra en la Copa. Los damnificados son Belenguer (en Huelva), Nacho (en Elche), Emana (en Las Palmas) y Beñat, Miki Roqué y Mel el sábado más Roversio en Granada. Por tanto, todas las expulsiones han sido en partidos en que el Betis ofició de visitante.

Quedarse en inferioridad numérica no es un pecado nuevo en el Betis. El año pasado ya fue famosa la facilidad con que sus futbolistas se iban del terreno de juego antes de tiempo por culpa de decisiones arbitrales. Como ahora, algunas de aquellas rojas fueron merecidas y otras injustas, pero el balance del ejercicio no pudo ser más dañino: trece rojas para el presunto grande de la categoría. El Betis no sólo no se ha arrepentido de todo lo malo que hizo la pasada campaña en este capítulo, sino que va por el mismo camino de perdición. De hecho, ya ha sufrido tantas expulsiones como en esa temporada a estas alturas: siete. Entonces, Sunny vio la roja en la segunda jornada en Alicante, Arzu y Carlos García fueron masacrados por Pino Zamorano ante el Cartagena en la quinta, el central repitió en la decimotercera en Elche, igual que Nelson, Juande no duró ni un minuto ante el Celta en la duodécima y Melli fue expulsado en la Copa ante el Córdoba.

EL PALO DE GOITIA. Las expulsiones no son la única faceta que requiere de la pronta intervención del entrenador. Hay otro lance del juego que también se le da no mal sino fatal al Betis: la defensa de las faltas cercanas al área. Quien más examen de conciencia debería hacer en este caso es el portero, Iñaki Goitia, que ya ha encajado tres goles de faltas directas que se han colado por el palo que él defendía. La primera fue en la Copa, en Granada, se la marcó Dani Benítez y supuso el 2-0 en contra, aunque luego remontó el Betis. La segunda ocurrió en Las Palmas, en el minuto 88 con 1-2 en el marcador, y el gol de Sergio Suárez costó dos puntos a los verdiblancos. La última, obra de Toché, acaeció en Cartagena y también representó en su momento la pérdida de dos puntos para el líder (de los tres que tenía con el 0-1 al único que se le quedaba con el 1-1).

Dos de esas faltas, además, fueron muy prescindibles: la de Las Palmas la hizo Miki Roqué cuando el balón estaba a punto de ser despejado por un compañero y la de Cartagena fue de Arzu en la frontal a un rival que ni siquiera tenía la pelota controlada. El canterano y capitán, al igual que Goitia, también debería reflexionar muy seriamente sobre el error que cometió el sábado.

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