El Betis, sin la gripe A ni Achille Emana, se reincorpora hoy a la rutina de la competición en Segunda en el estadio Ramón de Carranza, donde no juega ningún partido de Liga desde hace tres años y siete meses exactos. Esta tarde, al calor de unos 3.000 béticos, regresa el conjunto verdiblanco a la Tacita de Plata, donde intentará seguir por el buen camino que ya marcó en su última comparecencia, hace dos semanas en Gerona, y de paso romper su mala racha ante los recién ascendidos de Segunda B (antes empató con el Real Unión y el Cartagena). Antonio Tapia lo hará con el mismo equipo y el mismo sistema que ya le sirvieron para recobrar el sentido de la victoria en Montilivi, a no ser que entre Juanma y haya un mínimo retoque. Y sin Emana.
El camerunés es la gran novedad. Por defecto, claro, porque ni siquiera viajó ayer a Cádiz. La razón la conocerá el técnico, pero hay donde elegir: porque no está en forma, porque metió la pata con sus declaraciones en 'France Football', porque no ha aportado nada esta temporada, porque no se advierte en su actitud la implicación necesaria... El hecho objetivo es que Emana, una vez más, no se pondrá la camiseta del club que le paga. En el último mes sólo la ha defendido dos veces, ante el Rayo y el Castellón, y como mínimo no volverá a hacerlo hasta el día 22, en Elche, porque el lunes se va con su selección y faltará al choque contra el Celta. En total se habrá perdido tres partidos consecutivos con el Betis.
Emana aparte (y apartado, si se quiere ver de esa manera), el Betis encara su tercer duelo de rivalidad regional del curso con no demasiadas novedades. En concreto son dos, al menos en la convocatoria: Nano e Israel, que viajaron a Gerona, se quedan ahora en Sevilla y su lugar es ocupado por dos lesionados que reaparecen, Fernando Vega y Juanma. En un momento dado, ambos podrían pasar directamente de la enfermería a la titularidad, aunque la falta de entrenamientos, sobre todo en el caso del lateral izquierdo, y el éxito de la innovación táctica empleada por el míster en Gerona, sobre todo para el interior, no les favorecen.
DOBLE PELIGRO. Repita o no repita once, el Betis tiene una cita peliaguda en un estadio hostil aunque favorable, porque caer no cae precisamente bien allí, por mucho que las peñas se hermanen, pero al mismo tiempo lleva muchos años sin perder en el Carranza. También sería peliaguda una derrota. En primer lugar, porque rompería de golpe la inercia ganadora recién recuperada en Gerona; y en segundo, porque lo relegaría a la zona de los don nadie a falta de disputar su choque aplazado contra el Villarreal B. Su rival, por ejemplo, va decimoquinto y lo igualaría a puntos.
El Betis, que ha ganado uno de sus cuatro últimos encuentros, visita al Cádiz, que no está mucho mejor y lleva uno de cinco. Otro pecado común: ambos vienen de perder con dolor y deshonra ante el colista Castellón (1-0 los verdiblancos, 4-1 los amarillos). En la escuadra de Javi Gracia, aquel correcto centrocampista de la Real Sociedad, el Valladolid o el Villarreal ahora convertido en técnico, el único ausente contra la voluntad del entrenador es Fleurquin, lesionado. El Cádiz dispondrá sin embargo de todo su poder ofensivo: el indultado Ogbeche, el ex sevillista Toedtli... y el ex bético Diego Tristán.
