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El Cajasol recobra la estima (80-66)

El Cajasol jugó probablemente su partido más completo del curso para batir con cierta holgura a un gris iurbentia Bilbao y sumar su quinta victoria, que le puede valer para abandonar hoy el 'farolillo rojo' de la ACB, siempre y cuando el ViveMenorca alargue su nefasta racha ante el Fuenlabrada.

el 15 sep 2009 / 23:41 h.

El Cajasol jugó probablemente su partido más completo del curso para batir con cierta holgura a un gris iurbentia Bilbao y sumar su quinta victoria, que le puede valer para abandonar hoy el 'farolillo rojo' de la ACB, siempre y cuando el ViveMenorca alargue su nefasta racha ante el Fuenlabrada.

El equipo de Pedro Martínez exhibió un talante competitivo como no se recordaba en San Pablo, con un nivel de tensión y concentración tremendos y, lo que es más importante, en todos y cada uno de los jugadores que saltaron a la cancha. Además, como todo equipo con aspiraciones, tuvo en su pareja de americanos, el debutante Clay Tucker y Nik Caner-Medley, a sus adalides. Todo ello para derrotar a un iurbentia tan gris como su equipación, que falló en los momentos clave, huérfano de un líder como fuera Marcelinho Huertas el pasado año.

La victoria cajista se cimentó en una defensa plena de intensidad, aderezada con unos notables porcentajes de tiro, en especial en la primera mitad, que tuvieron su plasmación sobre el parquet en el tramo final del segundo cuarto, cuando los locales endosaron al rival vasco un parcial 14-0 que rompió el equilibrio. Y es que el partido comenzó con dos rivales inspirados en el lanzamiento exterior -siete triples entre ambos en el primer acto- y menos querencia por el juego interior, pues las defensas ahogaban cualquier amago de penetración o desdoblamiento a los hombres interiores. Con todo, el batallador Nik Caner-Medley se las apañaba para sumar siete puntos y mantener el pulso antes de que dos triples consecutivos de Ignerski y Ellis abrieran la primera brecha (21-16, m. 9).

La igualdad se mantenía en el segundo periodo, cuando el lituano Seibutis mostraba su aptitud y anotaba con facilidad ante la apatía de sus compañeros y el día tonto de Javi Salgado, cuyas continuas pérdidas daban alas a los locales. Así, tras el enésimo empate (29-29), el Caja comenzaba su festival de robos y contragolpes, primero de la mano de un Miso digno en la dirección y un Tucker enchufado y, luego de un cambio múltiple, con Rivero, Ellis e Ignerski de vuelta, con un abanico de canastas de toda suerte ante el monumental atoramiento del iurbentia. En un abrir y cerrar de ojos, el referido 14-0 rompía el partido justo al llegarse al ecuador, cuando las estadísticas reflejaban el estado de gracia de los tiradores cajistas (71% en tiros de dos, 46% en triples)... y la sangría de pérdidas del rival, hasta once.

Pero el equipo bilbaíno, en zona tranquila pero con opciones de pelear por el play-off, no iba a ponerlo tan sencillo y Vidorreta ordenó en la reanudación una defensa zonal que empezó a nublar la referida efectividad local. Salgado despertaba y se echaba el equipo a sus espaldas, pero el Caja respondía por medio de Tucker, primero con un triplazo sobre la bocina y acto seguido con otro de infinita fortuna (53-41).

Los apuros mayores estaban por llegar, y lo hicieron cuando Savovic -sin minutos hasta el final del tercer cuarto- y Markota enlazaban jugadas de tres. Los vascos se situaron a seis hasta tres veces (55-49 aún en el tercer acto, 59-53 y 61-55), pero no supieron meter el miedo a los cajistas, que zanjaron a base de tiros libres.

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