Ferdinand de Saussure preconizó la Lingüística General en 1916. El suizo fue el impulsor de una vertiente que amparaba su razón de ser en el análisis de las letras. El fútbol, caprichoso por naturaleza, es un tipo de puzzle en el que la práctica, el resultado, es opuesto a la teoría, el dominio y la posesión. En un símil peculiar, la Balompédica Linense de Gabriel Navarro, Baby, impartió la clase teórica y el Betis B, con pólvora en ataque, firmó matrícula de honor en la práctica.
El once de Josep María Nogués recuperó su rol de rival intratable en la Ciudad Deportiva. Con el infatigable Rodri ausente, Cañas y Salva asumieron el papel protagonista en la línea medular. Y en la primera triangulación ofensiva del plantel heliopolitano, Rubén Rivera envió un sensacional pase al espacio libre, donde Carreño, agradeciendo un error de Zurdo en la medición de la marca, cruzó el esférico ante David.
El 1-0 calmó al B, quizás precipitado en los instantes iniciales por las dos últimas derrotas en su feudo ante Cádiz y Poli Ejido. Israel combinó con Toni con asiduidad para crear peligro en el flanco ofensivo zurdo, en el que el balono Ismael, lento y apagado, apenas supo contener al ex del Mérida. La Balona no retrocedió líneas y rastreó en las debilidades locales para lograr el 1-1. El algecireño Copi, que figuró en la mediapunta, se asoció con el argentino Enzo Noir para multiplicar las precauciones de Zamora, escoltado por Mario ante la ausencia de Álex Ortiz.
El Betis B, que circuló lento y apenas atacó con verticalidad en los primeros instantes, administró la renta parcial de 1-0 para generar ansiedad en el rival. Los discípulos de Baby apostaron por los prolongados ataques para lograr su propósito. Adrián, seguro, envió a córner un disparo con veneno de Copi. El cuadro bético replicó con una triangulación letal que David anuló tras un soberbio lanzamiento de Salva. La lluvia y la rapidez del césped aminoraron el ritmo del encuentro, que enfiló hacia el descanso sin novedades en el capítulo ofensivo.
El preparador campogibraltareño buscó alternativas en la segunda mitad. Borja y Joseph imprimieron crédito a la cobertura albinegra, que, sin embargo, fue incapaz de evitar el 2-0, obra de Mario en un saque de esquina botado de forma precisa y elegante por Rivera. Pudo ajusticiar al once visitante Fran Machado, aunque Zurdo, ágil, se interpuso en el disparo del armillero. La necesidad clasificatoria originó que la Balona anunciase un asedio final en busca del botín mínimo, un empate con valor de oro.
Y fue en una combinación excelente entre Borja y Copi cuando el plantel linense logró el 2-1 gracias a un disparo cruzado de Enzo Noir. El gol inquietó al B, que, con las sustituciones y las órdenes de Nogués, optó por un repliegue intensivo y apostó por la rapidez de sus flancos para sentenciar a la contra. Miguélez firmó el último aviso de la Balompédica. Triunfo sin brillantez. Victoria práctica.
