A pesar del incremento de ventas durante las rebajas de verano, en la que ha habido más artículos y gangas, la actual temporada primavera-verano se saldará en negativo en el comercio y el sector prevé un "difícil y complicado otoño". En la mente de la patronal española de los comerciantes, la crisis de 1993.
Los comerciantes españoles prevén una próxima campaña de otoño-invierno "difícil, complicada y de ajuste", tras la caída de las ventas del 5% en la de primavera-verano, a pesar de que la facturación en el periodo de rebajas, que finaliza el domingo, ha crecido entre un 15% y un 20%.
Se trata de la primera vez que los comercios ven reducir sus ventas después de diez años de crecimiento continuado. El motivo, que las rebajas no han logrado compensar la temporada que transcurre entre los meses de marzo y agosto, según señaló ayer el secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), Miguel Ángel Fraile.
En cualquier caso, y pese al recorte en la comercialización, Fraile descartó que en lo que resta de año produzcan en el sector cierres masivos de establecimientos y pérdida de empleo, algo que -advirtió- podría suceder a finales del ejercicio 2009 si persiste tal descenso de las ventas.
A pesar de ello, el directivo se mostró convencido de que a partir de la primavera del año próximo "la situación será diferente" y lanzó un mensaje de optimismo, teniendo en cuenta que el comercio ha salido fortalecido de crisis peores.
De hecho, aludió a las crisis de 1982, en pleno cambio político y económico tras la transición democrática, y de 1993, después de las Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla.
"Lo estamos pasando mal, pero es una situación que ya hemos vivido y superado, por lo que hay que tener confianza en que saldremos de ella", comentó.
Miguel Ángel Fraile señaló que las rebajas comerciales del actual verano "no se pueden comparar" con las del ejercicio anterior, puesto que se han desarrollado en un contexto de frenazo del consumo en España.
Pero, ¿cómo se han desarrollado? "Éstas han sido distintas y se ha vendido más, porque había un 20% más de género y descuentos más importantes", apuntó Fraile, quien achacó el descenso de las ventas en la campaña de primavera-verano a motivaciones psicológicas derivadas de los mensajes de desconfianza sobre la economía, a la pérdida real de poder adquisitivo y a las condiciones climatológicas.
A la hora de analizar las ramas del negocio comercial, el secretario general de la CEC explicó que las más castigadas por el frenazo que durante la temporada que se encuentra a punto de finalizar han sido las de equipamiento y mobiliario del hogar -se estima un recorte del 40% en las ventas-, la de automoción -su horquilla de descenso va del 15% al 20%-; la de electrónica y electrodomésticos (-15%); la de ropa (-5%), y, por último, la alimentación (-2%).
Por tanto, las familias están recortando sus gastos en aquellos artículos más prescindibles, como la decoración del hogar y los accesorios para el coche.
