El consejo de administración del Betis se reunió ayer por la mañana y hubo quien pensó que de ese cónclave podría surgir una nueva configuración del órgano rector del club. Hubo un intento, efectivamente, para que José León dejase de ser el presidente, pero la tentativa fue tímida. El encargado de proponerla fue Jaime Rodríguez Sacristán, que a su vez se postuló para ocupar el cargo, pero León contó con el apoyo de Luis Oliver, Manuel Castaño se abstuvo y la idea fue rechazada.
En realidad, el consejo de administración tenía cosas más importantes en que pensar. Por ejemplo, el mandato del Juzgado de lo Mercantil número 1 para que la junta extraordinaria de accionistas se celebre lo antes posible. La oposición calculaba que esa asamblea podría tener lugar a finales de octubre o principios de noviembre, pero los consejeros aclararon ayer que la decisión les fue notificada el miércoles, por lo que aún tienen ocho días para presentar alegaciones, con lo que entre una cosa y otra la junta apenas se adelantaría una semana respecto a la fecha prevista, el 30 de noviembre.
La reunión contó con la ausencia de dos consejeros: el último en llegar, Eduardo Peña, y el que casi nunca aparece, Francisco Nuchera.
