La llegada de Gregorio Manzano -la de un nuevo proyecto, en definitiva- ha provocado una importante sacudida en el club. Para muchos, ver marchar a todo un histórico como Antonio Álvarez no fue grato. El de Marchena, que llevaba años y años trabajando en la entidad, siguió los pasos de ilustres como Manolo Jiménez, Diego Rodríguez o Kiki Carvajal, por citar algunos ejemplos más o menos recientes. Pero Álvarez no ha sido el único integrante de la vieja guardia que ha hecho las maletas. En los últimos días, Ramón Orellana y Paco Leal también han sido despedidos.
Orellana deja atrás 21 años en el Sevilla, al que llegó en 1990 para hacerse cargo del equipo de Primera Provincial juvenil. Su buen trabajo le permitió dar el salto al primer plantel, donde fue preparador físico de entrenadores como Juan Carlos Álvarez, Vicente Miera, Fernando Castro Santos, Carlos Salvador Bilardo, Víctor Espárrago, Joaquín Caparrós, Juande Ramos, Manolo Jiménez y Antonio Álvarez. Tras destituir a éste último, el club decidió hacer lo propio con él, dado que Manzano traía a su propio preparador físico.
"Nunca se me pasó por la cabeza quedar desvinculado del Sevilla porque el club nunca me hizo referencia a esa posibilidad, sino todo lo contrario. Los resultados deportivos -seis títulos, entre otros logros- no daban pie a pensar algo así. Me reuní con José María Cruz y Monchi y éste me expuso que Manzano llegaría con un nuevo preparador, y me dejó entrever que en el primer equipo no me veía junto a él -Toni Servera- después de haber ocupado el escalón más alto posible. Pero yo lo acato todo. Lo que quiero es lo mejor para el Sevilla", explica Orellana con innegable dolor pero también con la conciencia tranquila por el deber cumplido.
Precisamente, su parcela ha sido cuestionada a veces, aunque él tiene su punto de vista: "Yo no me siento señalado, en absoluto. Siempre hemos logrado objetivos porque, entre otras cosas, a final de temporada hemos sido fuertes. Se trata de ganar la guerra, no batallas. Todos los entrenadores han elogiado la fortaleza física del Sevilla. Otra cosa es que en un momento puntual se genere una opinión a menudo infundada. Si no hubiésemos estado bien, no habríamos ganado la Copa ni habríamos sido cuartos la temporada pasada".
EL CASO DE PACO LEAL. La destitución del preparador de porteros también ha sido una noticia inesperada. Paco Leal deja la entidad después de once campañas ejerciendo esa labor en el Sevilla, donde se formó como futbolista y al que también defendió bajo palos a finales de los 90. Su marcha, según Manzano, se debe a una "decisión del club", no suya. Leal, por ahora, guarda silencio.
Ya no queda nadie de aquel cuerpo técnico que devolvió al Sevilla a la máxima categoría del fútbol español y, luego, con retoques y nuevos entrenadores, lo condujo a las competiciones continentales y a levantar títulos. Monchi, Cristóbal Soria (delegado), Salvi Torres (fisioterapeuta) y Rafa Becerra (encargado del material), cada uno en su parcela, son los únicos supervivientes de lo que fue un gran grupo tan importante como el propio plantel.
