Cultura

El espectáculo debe continuar

La Sala Cero y La Fundición, con una década de presencia en la cartelera de la ciudad, retoman su programación tras las fiestas navideñas con el peso de haber cobrado el protagonismo de La Imperdible.

el 14 sep 2009 / 22:27 h.

La Sala Cero y La Fundición, con una década de presencia en la cartelera de la ciudad, retoman su programación tras las fiestas navideñas con el peso de haber cobrado el protagonismo del teatro independiente en la ciudad tras el cierre de La Imperdible. Desde su atalaya en El Cerro, Salvador Távora ofrece una nueva oportunidad a los que aún no han visto Flamenco para Traviata.

Será un hueco insustituible, el cese temporal de la actividad en la sala más longeva de la ciudad y con más experiencia, pero, como mandan los cánones, el espectáculo debe continuar, y así lo hará en las dos salas que han compartido, durante la última década, filosofía e incluso programación con La Imperdible. Es el caso de La Fundición, de nuevo en su espacio de la Casa de la Moneda, tras el exilio al que se vio obligado la temporada pasada; y la sala Cero, que regentada por Ángel López, ha encabezado en los últimos años iniciativas como el Festival de Artes Escénicas que celebrará su tercera edición la próxima primavera.

La Fundición.

Así las cosas, tras el parón navideño, La Fundición, fundada en 1998 por Pedro Álvarez-Ossorio, reabre hoy sus puertas con El marronero de amores (en cartel hasta el domingo 13), una propuesta de la compañía Marcelo Casas, "un fijo de la programación", como admite la propia sala, donde ya triunfó en temporadas anteriores con Il gondoliero di Triana. En la misma línea de comedia, El marronero de amores es el monólogo de un desafortunado en el amor. "A Marcelo le fascinan los marrones. Jamás hubo otro pardillo como él; se los come todos, propios y extraños", advierte la publicidad del espectáculo, que está dirigido por el veterano y televisivo actor Cesáreo Estébanez (Farmacia de guardia).

sala cero. Por su parte, la sala Cero, situada en la calle Sol desde hace tres temporadas (nació en un pequeño local del barrio de San Lorenzo, a 100 metros de La Imperdible), vuelve a la carga con un programa doble en cartel (con sesión a las 21.00 horas y una golfa a las 23.00). El primero de los espectáculos es El síndrome del Congo, de la compañía catalana Teatre de Ponent, que estrena en Sevilla una adaptación de El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad.

En torno a 75 años después de que Conrad escribiera sus peripecias por un viaje al Congo del que volvió enfermo en 1899, Francis Ford Coppola adaptó El corazón de las tinieblas y la convirtió en Apocalypse now, una película de culto en la que se invirtieron 32 millones de dólares. "Un poco después, en 2005, tres actores nos reunimos en Barcelona para hacer su particular adaptación de este libro al teatro. Sólo sabíamos una cosa: ¡no teníamos 32 millones de dólares!", explica José Pérez, uno de los intérpretes de este montaje que estará en cartel hasta el domingo.

La sesión golfa tiene preparada una oferta diametralmente opuesta: la que ofrece el cómico sevillano Ignacio Andreu, que regresa a las salas de teatro independiente de la ciudad con su ya conocido espectáculo Con las cannes abiertas. En esta ocasión, Andreu interpreta a Juan Carlos Cáceres García, 33 años de edad, que vive con su madre en un piso pequeño de un barrio muy humilde. El personaje se dedica a relatar los problemas de su vida cotidiana, con una mezcla perfecta de comicidad y ternura.

Salvador Távora.

Asimismo, desde El Cerro del Águila (Polígono Hytasa, 14), el dramaturgo sevillano Salvador Távora se incorpora a la oferta teatral alternativa con su ya estrenado Flamenco para Traviata. Tras el éxito del primer trimestre, Távora apuesta por mantener en cartel su última creación, estrenada en la pasada Bienal de Málaga, en la que el creador hace un repaso por los cantes y cantaores que poblaron la Sevilla marginal de los años 20 y 30.

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