El Euríbor, principal índice al que se contrata la mayoría de las hipotecas en España, repuntó ayer quince milésimas y situó su tasa diaria en el 2,057%, después de que el Banco Central Europeo (BCE) subiera el pasado jueves los tipos de interés (precio oficial del dinero) al 1,25% y, además, abriera la puerta a más incrementos en el futuro para contener la inflación.
El indicador, que ya había dado por descontado la decisión del instituto emisor europeo, encadena de esta forma dieciséis sesiones consecutivas de subidas, y acelera su tendencia alcista en vista de nuevos movimientos en el precio del dinero.
La Asociación Hipotecaria Española (AHE) considera que el alza de los tipos tendrá impacto en los consumidores que estén pensando en contratar un crédito hipotecario, porque implica unas "condiciones menos favorables" de acceso al crédito. El encarecimiento del dinero, asimismo, provocará un repunte del Euríbor, que podría cerrar el año en una horquilla de entre un 2,3% y el 2,5%.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, justificó la decisión por los riesgos de inflación ante los incrementos del precio del petróleo y de otras materias primas por las tensiones geopolíticas en diversos países y el fuerte crecimiento de las economías emergentes.
Asimismo, sugirió la posibilidad de nuevos incrementos y recordó que el nivel de los tipos de interés en la Zona Euro continúa siendo históricamente bajo y, por tanto, sigue prestando apoyo al crecimiento de los países que la integran.
No lo cree así el Nobel de Economía Paul Krugman, quien acusa al BCE de depositar sobre la periferia del Eurosistema, esto es, en países como España o Portugal, el peso del ajuste económico, para evitar las presiones inflacionistas en Alemania.
En un artículo en The New York Times , Krugman sentencia que el emisor, al encarecer el dinero, ejecuta "una política única y exclusivamente pensada para Alemania".
