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El favorito número uno

el 22 may 2011 / 07:52 h.

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  • El hombre más poderoso del Gobierno -puede que incluso tenga ya algo más de mando en plaza que el propio Rodríguez Zapatero- se juega en las elecciones regionales y municipales de hoy mucho más que sus compañeros que aspiran a un ayuntamiento o una comunidad autónoma.

    Alfredo Pérez Rubalcaba (Solares, Cantabria, 1951), actual vicepresidente primero y ministro del Interior y diputado por Cádiz, es el número uno favorito para suceder a Zapatero, aunque él ha bromeado en alguna ocasión diciendo que sólo se vería como presidente del Real Madrid. Habrá que verlo.
    Dado que su jefe ya ha dicho que se va (para alegría de unos y pena de otros), este doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense, que lleva casi cuatro décadas afiliado al PSOE y ha ocupado casi todos los cargos públicos posibles, está en todas las quinielas para ser el candidato socialista a las próximas elecciones generales, a no ser que a la ministra de Defensa, Carme Chacón, también le entren ganas de pasar a la historia y ser la primera mujer presidenta del Gobierno de España.De momento, ninguno de los dos ministros socialistas ha dicho esta boca es mía pero según lo que digan hoy las urnas, mejor dicho, lo que decidan los ciudadanos, el camino para alcanzar la Moncloa será más o menos empinado y entonces es cuando se verá quién tiene realmente ganas de sudar la camiseta. Primero, en unas posibles primarias, y luego, en unas generales batiéndose el cobre con el Partido Popular.

    Las encuestas restan al PSOE muchos votos y los socialistas podrían sufrir hoy su mayor batacazo electoral en décadas. ¿La consecuencia de esto? Que Rubalcaba tendría por delante una maratón que seguramente le haga pensarse dos veces dar el paso definitivo. Y su especialidad de joven eran los 100 metros lisos, que llegó a correr en 10,9 segundos en unos campeonatos universitarios defendiendo la camiseta del Celta de Vigo. Y en caso de que los socialistas no sufran tal porrazo electoral y logren mantenerse a flote, esa maratón digna de unos Juegos Olímpicos se convertiría probablemente en una carrera de fondo que, aunque más o menos tranquila, lógicamente siempre puede tener durante las primeras vueltas una liebre a la que dar caza, y eso desgasta mucho. En cualquier caso, lo que sí tiene el todopoderoso Rubalcaba en su haber es su empeño por derrotar definitivamente a los terroristas de ETA. Y casi lo está consiguiendo, aunque no haya podido impedir que los jueces permitan a los abertzales de Bildu estar hoy presentes en las elecciones.

    Pérez Rubalcaba primero intentó terminar con ETA a través de una negociación que le encomendó Rodríguez Zapatero nada más llegar a la Moncloa y que saltó por los aires llevándose dos vidas humanas el 30 de diciembre de 2006 en la T4 del aeropuerto de Barajas. Desde entonces, el vicepresidente del Gobierno persigue sin descanso a los pistoleros de la banda a través de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y ha logrado ya descabezar a los terroristas en varias ocasiones. Los exlíderes militares de ETA Txeroki, Thierry, Gogeaskoetxea, Zobaran, Oroz, entre otros, ya sólo pueden pelear por la independencia vasca desde la celda de una cárcel. El fin de la banda durante el último año se ha tocado con la yema de los dedos en varias ocasiones y en eso sí que tiene buena parte de culpa.

    Al César lo que es del César. Cuando Zapatero lo nombró vicepresidente del Gobierno muchos entendieron que era un gesto del presidente diciendo: "Aquí está mi sucesor". Y puede que así sea. Está por ver. Lo que sí está claro es que el presidente del Gobierno ve en Pérez Rubalcaba a un gran comunicador que sabe explicar con precisión, serenidad, elegancia, firmeza y contundencia -tanto en el Parlamento como después de cada Consejo de Ministros- todos aquellos mensajes que en ocasiones el propio presidente no ha sabido transmitir a los ciudadanos y que están provocando la cada vez más floja valoración que tiene Rodríguez Zapatero entre los españoles. La crisis puede que no le pase factura a final de mes, pero sí en las encuestas y eso para un político es igual o incluso más importante aún. Y también está en su haber como ministro del Interior el continuo descenso en el número de muertos en las carreteras cada año.

    Sus campañas de publicidad y el carné por puntos están logrando que los españoles no se dejen tanto la vida en la carretera, lo cual también dice que está ganando esta batalla, aunque para saber si Pérez Rubalcaba gana también en la política todavía hay que esperar.

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