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El fiscal mantiene los 23 años de prisión para el autor del crimen de la Alameda

Los psiquiatras descartan que el acusado sufra una enfermedad mental. La víctima recibió las 59 puñaladas en vida, 40 de ellas en el cuello.

el 13 jun 2012 / 15:53 h.

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La Fiscalía de Sevilla ha mantenido los 23 años de prisión que reclama para el autor del crimen de la Alameda por un delito de asesinato. La acusación particular también ha mantenido los 25 años que solicitaba, mientras que la defensa pide entre 5 y 10 años por un delito de homicidio al considerar que no hubo ni alevosía ni ensañamiento. Además, considera que deben aplicarse las atenuantes de legítima defensa, aunque con desproporcinalidad de medios, la de obcecación y la de confesión.

En la tercera jornada del juicio, declararon los policías que acudieron a la hamburguesería propiedad de la víctima tras ser alertados de que había un cadáver, los forenses que le realizaron la autopsia al cadáver y los psiquiatras que han estudiado al acusado, José Antonio H.G. Según explicó la forense que acudió al levantamiento del cuerpo, la habitación estaba "bañada en sangre", pues de los cinco litros de sangre que tiene el cuerpo humano "la víctima perdió tres", además las paredes estaban también manchadas de sangre. En esta primera inspección ocular, los forenses encontraron lesiones en la manos, cara y antebrazos de la víctima "compatibles con signos de lucha o defensa", además de un puñado de cabello "en la mano derecha entre sangre seca".

Los forenses que realizaron la autopsia explicaron que el cuerpo presentaba un total de 59 puñaladas, de las 40 estaban en el cuello, once en el abdomen y dos en la espalda. Los médicos determinaron que presentaba varias heridas que por sí solas pudieron provocarle la muerte, "aunque ninguna lo hizo de forma inmediata", sino que se desangró, y todas ellas "las recibió en vida".

Así, las del cuello le provocaron "una gran hemorragia, pues tenía la tráquea seccionada, la glotis y el esófago" e incluso dos de ellas le alcanzaron las cervicales, llegando hasta la membrana de la espina dorsal y el cerebelo, lo que le produjo un derrame cerebral". Las puñaladas que recibió en el abdomen llegaron a alcanzarle el hígado "procándole una gran hemorragia interna" y el pulmón izquierdo. Unas puñaladas que la víctima recibió mientras "estaba tumbada, de rodilla o en u plano inferior a la agresión" tanto por la forma de las mismas, como por el hecho de que las manchas de la pared "no eran muy altas".

Por su parte los psiquiatras explicaron que el joven tiene un "trastorno de personalidad límite", lo que no significa que tenga una enfermedad mental, pues "no afecta a la capacidad de conocimiento, sabe lo que hace y por qué lo hace". Según los médicos, es "impulsivo" y "tiene miedo al abandono y a la soledad". En cuanto al hecho de que diera a la víctima 59 puñaladas, los forenses señalaron que "no hace falta ser enfermo mental para en un acaloramiento realizara movimientos automáticos y repetitivos". Por último, otro forense explicó que las heridas que presentaba el acusado en las manos son "compatibles" con que se produjeran tanto intentantado quitar la hoja del cuchillo a otra persona, como que se las hiciera él mismo al romperse el cuchillo y seguir apuñalando.

El juicio concluye mañana con los informes finales de las partes y la última palabra del acusado, tras lo que le será entregado al jurado el objeto del veredicto para que delibere.

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