La Fiscalía de Sevilla solicita once años de prisión para un joven que intentaba pasar nueve kilos de cocaína procedente de Brasil a través del aeropuerto de San Pablo. La droga hubiera adquirido un valor de 271.972 euros en el mercado.
El aeropuerto de San Pablo se ha convertido en un paso habitual de droga, especialmente cocaína. El próximo jueves la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla juzgará a un joven de Melilla que el pasado 17 de marzo fue detenido cuando intentaba pasar casi nueve kilos de este tipo de droga. En la vista se enfrentará a los once años de prisión y a la multa de 400.000 euros que la Fiscalía reclama para él por un delito contra la salud pública.
Según consta en el escrito de acusación del fiscal, D.O.P. fue detenido cuando desembarcó en San Pablo proveniente de un vuelo de Lisboa, que a su vez era escala de uno que había despegado de Río de Janeiro (Brasil). La Guardia Civil solicitó al ahora procesado, que se encuentra en prisión preventiva desde entonces, que mostrara el contenido de su equipaje, en el que supuestamente encontraron los casi nueve kilos de cocaína que, en el mercado, hubieran adquirido un valor de 271.972, 48 euros.
La droga incautada iba repartida en 59 paquetes de plástico envueltos en papel de aluminio y distribuidos en "30 botes de crema, 23 objetos de escritorio-portaplumas y seis portarretratos.
Éste no es el único caso en el que se han localizado a pasajeros procedentes de Brasil con cocaína. Recientemente, a principios de septiembre, la misma sala de la Audiencia Provincial juzgaba a otra mujer a la que se había detenido por portar diez kilos de cocaína, también procedente de Brasil. En esta ocasión el fiscal solicitó para ella diez años de prisión y una multa de 1.090.566 euros. En el juicio, ella alegó que lo hizo por dinero y que desconocía lo que portaba.
Estas detenciones, y muchas otras, son fruto de un intenso trabajo de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que han permitido que desde el verano de 2007 se hayan detectado diversos alijos de droga, casi todos de cocaína y procedentes de Brasil.
La estrategia es siempre similar. Los narcotraficantes emplean a un correo, que no tiene antecedentes penales, y toman el vuelo que hace la ruta desde Brasil hasta Lisboa y de allí a Sevilla. La ruta, en la que no viajan muchos pasajeros, se ha convertido en una alternativa a la entrada por Madrid y Barcelona.
