Final del secuestro. Odion Ighalo, un nigeriano insaciable y con sed de éxitos, certificó el ascenso del Granada a Primera División tras 35 años de ausencia en los que el cuadro de Los Cármenes agonizó en Tercera, resucitó en Segunda B y se unió a la clase VIP gracias a un buen puñado de dólares y un empresario italiano, Gino Pozzo, que ha logrado su propósito: ser el mesías a los pies de la Alhambra.
El cuadro de Fabri encaró la final del play-off de ascenso con la certeza de que un 1-1 sellaba su pasaporte a la máxima. El 0-0 de la ida multiplicaba las esperanzas de un plantel con munición para dinamitar cualquier muro de contención. Y el Elche, un rival digno pero con limitaciones y ansiedad, sólo fue capaz de precipitar el histórico desenlace.
El mítico Miguel Muñoz fue el último técnico del Granada en la categoría de oro del fútbol nacional. Fabri interiorizó su biografía y trazó el plan: un 4-2-3-1 con el nigeriano Ighalo disfrazado de vigilante forestal. Controlaba el peligro y neutralizaba los conatos de incendio que se propagaban en el área nazarí.
El cuadro visitante, impreciso y con la musculatura entumecida por la presión, no elaboró con criterio en los instantes iniciales. Carpio y Ángel avisaron a un Roberto con el rostro desencajado por el miedo. El Elche caminaba sin red sobre una cuerda sin garantías. El cuadro de Bordalás arriesgó, intimidó a su presa y buscó el rifle para disparar.
Pero fue Odion Ighalo el que, elegido por la fortuna, dibujó la acción perfecta antes de que el encuentro cumpliera el 30'. El improvisado '9' recibió un sensacional envío de Abel, Caín en la ida, regateó a dos rivales y, con Jaime clavando su mirada sobre su tez negra, conectó un derechazo que besó la red y la mejilla de una ciudad, Granada, que por entonces ya soñaba con el rescate. El 0-1 fue una mochila de mil kilos sobre los hombros de un Elche amortajado.
Sin tiempo para digerir la obra de arte, el Elche selló un mensaje. Fue un kamikaze en busca de un tesoro refugiado en el equipaje forastero. Los franjiverdes no contemplaron el riesgo de ceder espacios a un Granada más letal que el veneno a la contra. Pelegrín firmó el 1-1, aunque Miranda Torres, correcto, elegante y dialogante, no concedió el gol. El 0-1 supuso el final del primer acto.
Agonía
Fue en el segundo período cuando el corazón escupió sangre de arteria en arteria. Bordalás aportó velocidad y agilidad al ataque con Perera y Palanca, aunque Nyom, rudo y eficaz en idénticas proporciones, ni permitió el flirteo con la decepción.
Ángel acarició el 1-1 en una chilena imprecisa cuando el silencio y el desaliento habían invadido el Martínez Valero. El crono devoraba los segundos y el Granada reculaba. Óscar Pérez, que sustituyó a Collantes, fue el elegido por Fabri para reordenar las líneas y disponer un 4-5-1 con el que asfixiar a los locales.
La apuesta explotó en un segundo, el que se clavó en la retina de un plantel elegido para reinar por una noche. Xumetra agradeció una indecisión de Siquiera y, a bote pronto y con el alma en el balón, firmó las tablas. 10' de agonía para finalizar con 35 años de secuestro, aquellos que recordó el inefable Dani Benítez con un zurdazo que desvió el aliento de Jaime. Fabri gritó con el final, Pina apretó el puño en señal de triunfo y Granada reaccionó 35 años después de que robaran su orgullo, su Graná. Rescate completado.
Ficha técnica:
1 - Elche: Jaime, Carpio, Samuel, Pelegrín (Héctor Verdés, m. 84), Edu Albacar, Xumetra, Mantecón, Generelo, Cristóbal (Perera, m. 64), Kike Mateo (Palanca, m. 53) y Ángel.
1 - Granada: Roberto, Nyon, Iñigo López, Mainz, Siqueira (Rubén, m. 83), Collantes (Oscar Pérez, m. 78), Mikel. Rico, Abel Gómez, Dani Benítez, Orellana e Ighalo (Geijo, m. 70).
Goles: 0-1, m. 28: Ighalo. 1-1, m. 81: Xumetra.
Arbitro: Miranda Torres (Comité catalán). Amonestó a los locales Pelegrín, Xumetra, Acciari y Edu Albacar. Expulsó, con roja directa, al entrenador visitante Fabriciano González.
Incidencias: Partido de vuelta de la final de la promoción de ascenso a Primera División, disputado en el estadio Martínez Valero, de Elche, ante 37.500 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
