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El infierno de los post-Reyes

Una de las cosas que más le sobra a las Navidades es la extorsión, la amenaza y la guerra (caliente por supuesto) de acertar en los regalos de Reyes con sus posteriores descambios. Como si fuera poco el coste de los caprichos que reclaman -más que piden- en sus cartas, a ello hay que sumar el si le gustará o no le gustará lo que...

el 15 sep 2009 / 20:58 h.

Una de las cosas que más le sobra a las Navidades es la extorsión, la amenaza y la guerra (caliente por supuesto) de acertar en los regalos de Reyes con sus posteriores descambios. Como si fuera poco el coste de los caprichos que reclaman -más que piden- en sus cartas, a ello hay que sumar el si le gustará o no le gustará lo que en una melé he tenido que pelear y hacer gran cola de 20 minutos para que me lo envuelvan: que si el Mp3, 4 o Five -para que no tenga premio- tiene "mu pocos gigas" y, además, el que me gusta no es el de la pera, sino el de la manzana;

¡que ya te he dicho mil veces que no quiero libros, ni películas, sino un disco duro de un Terabite donde puedo vaciar mi ordenador!; que las zapatillas de deportes las quiero doradas, no azules; que si el chaleco de pico -el de to la vida- lo voy a descambiar por una sudadera de cuadros porque si no parezco un salesiano -como si parecer salesiano fuera malo-; que los guantes me hacían mucha falta y por ello no deben ser regalo; y un largo etcétera que el lector puede ampliar según la tortura a que se haya visto sometido.

Señores, ¡ya no puedo más!, el año que viene una corbata, una colonia y un libro de bolsillo, porque no me da la gana de que os traigan el vale-regalo o el sobrecito con dinero.

José María Font es abogado.

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