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El jefe de Policía pide un depósito judicial para la droga incautada

El jefe superior de Policía de Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, solicitó un depósito judicial para las sustancias estupefacientes que incaute el Cuerpo y reconoció que el protocolo de seguridad para custodiar la droga "se rompió desde dentro".

el 15 sep 2009 / 08:37 h.

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M. M.

El jefe superior de Policía de Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, solicitó un depósito judicial para las sustancias estupefacientes que incaute el Cuerpo y reconoció que el protocolo de seguridad para custodiar la droga "se rompió desde dentro".

"Sólo desde el interior se podía romper", dijo Álvarez Riestra para explicar lo que ya todos sospechan e investiga Asuntos Internos: uno de los agentes de la Unidad Contra la Droga y el Crimen Organizado(Udyco) fue quien logró sortear los tres candados que protegían la droga.

Lo hizo, probablemente, a lo largo de un año, durante el que fue sustituyendo por paquetes falsos hasta 100 kilos de cocaína y heroína que podrían alcanzar un precio de un mínimo de cuatro millones de euros en el mercado.

El jefe policial esgrimió el secreto sumarial para no revelar ninguna información nueva y únicamente apuntó a que continúan en marcha una investigación "seria, minuciosa y metódica" para detener al responsable. Hasta que Asuntos Internos no termine su trabajo "no se dirá nada" sobre este caso "para que los culpables puedan ser imputados cuando se les coja", dijo.

El mando confesó que pensó que la droga estaba bien custodiada -"había tres candados en los calabozos y el manojo de llaves lo guardaba un jefe"- pero admitió que el protocolo de seguridad y bajada a las salas "no ha funcionado".

Por eso, y a pesar de los problemas que también acechan a Justicia, Álvarez Riestra solicitó ayer un depósito judicial a esta institución. En realidad, hace 25 años que las decomisaciones no se guardan en almacenes adecuados, como se debiera haber hecho desde 1983, fecha en que el Ministerio de Justicia dictó una orden para construir en Sevilla, Bilbao, Valencia y Zaragoza depósitos específicos para custodiar todas las pruebas de delitos con todas las garantías.

Por si fuera poco, un año después, en 1984, la Jefatura de Estado promulgó una ley que modificaba un artículo de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que no fuese necesario guardar los alijos completos. Este cambio permitía separar una muestra y destruir el resto.

Ninguna de estas medidas se lleva a cabo. El mando policial, sin embargó, explicó que desde el momento en que se echó en falta la droga se han reforzado las medidas de seguridad y ese mismo día se cambiaron los candados y la llave maestra de los calabozos donde se almacenaba la droga.

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