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‘El Kirri’, una plaza con alma en el Polígono

El barrio homenajea a su vecino, fallecido hace un año, con la rotulación de una plaza con su nombre y la colocación de un busto.

el 07 sep 2013 / 08:00 h.

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Plaza El Kirri Su hija Rosario lo tiene constantemente en el recuerdo. No en vano, el bar que regenta, que heredó del padre, es un museo en su memoria. Entre cuadros de cristos colgados en las paredes y un sinfín de alusiones más al sentir cofrade, del que era fiel devoto, aparecen varias imágenes suyas. Hasta ella porta una cadena con su foto y lleva tatuado en su mano derecha el nombre del padre. No el de Francisco Muñoz, sino por el que le conocían en el Polígono San Pablo:El Kirri. Apelativo que esta tarde, casi un año después de su muerte, formará parte del callejero sevillano dando nombre a una plaza junto a la avenida de la Soleá. A ese gesto se sumará la proyección de un documental en su memoria, varias actuaciones musicales y, como colofón, la colocación de un busto de El Kirri, obra del escultor y vecino Jesús Sánchez, en el centro de la plaza, antiguamente la de Las Lanzas. Entre tantos cambios en el callejero con poco de sentimiento popular, el de la plaza El Kirri emerge como un soplo de aire fresco.Y es que es una petición que nació de la unidad vecinal, que desde su trágico fallecimiento el 11 de septiembre de 2012, se empeñó en hacerle un homenaje. “Hasta mil firmas recogimos”, relata Juan Antonio Herrera, secretario de la Asociación Cultural Nuestro Padre Jesús de la Salud y apóstoles San Pedro y San Pablo, de la que El Kirri fue fundador cuando se le ocurrió la idea de preparar una cruz de mayo para los niños, hace ya cerca de 30 años. No fue el único legado de Francisco, albañil de profesión pero que en su foro interno tenía alma de imaginero. Y, sin apenas formación, se empeñó en tallar la imagen de un Cristo para que procesionara por el barrio. Su hija, de hecho, recuerda las horas que se pegaba trabajando en el trastero de su casa o “en el salón”, llenando el suelo de virutas. De ese esfuerzo surgió el Señor de la Salud, que sale cada septiembre desde la plaza que a partir de hoy llevará su nombre. Aunque su legado en clave cofrade ha influido, esto no ha sido lo único que ha empujado a los vecinos a un homenaje a una persona que califican de “buena” en el más amplio sentido de la palabra. Criado en las antiguas casas bajas del Polígono, trabajó toda su vida de albañil, salvo los últimos siete años, cuando montó un coqueto bar justo al lado de su casa. El yerno, Juan Benjumea, que trabajaba con él, no sabe la cantidad de veces que su suegro cogía las de Villadiego para auxiliar a un vecino en apuros. Ya sea por alicatar una cocina, montar unos muebles o desatascar un cuarto de baño. No hacía falta que le pidieran ayuda para que él ya sacara su caja de herramientas y se fuera, ni corto ni perezoso, a resolver el entuerto. “Sin pedir nada a cambio salvo, si se encartaba, tomar algo juntos en el bar”, señalaba, a la par que recordaba que era el anfitrión en los peroles que se celebraban en la plaza e hasta tenía una particular peña con sus amigos, la del colesterol, con la que se ponían hasta arriba de carne. Desde la asociación, Herrera insiste en lo “manitas” que era. Era el que se encargaba de las tareas más peliagudas de la salida. Desde el montaje de la carpa que hace las veces de capilla, hasta la colocación de una rampa para salvar los escalones. De todo se encargaba. Por eso no fue de extrañar el momento vivido hace un año, con motivo de la salida del Cristo, que se produjo días después de la pérdida de El Kirri. “Se montó un altar con la figura que talló y estuvimos honrando su figura. Pensamos incluso en no salir, pero no nos lo habría perdonado”, manifestó. La talla originaria, la de Francisco Muñoz, volverá a estar presente hoy en el acto que arrancará a las 20.00 horas y en el que no se descarta la presencia del alcalde, Juan Ignacio Zoido, que se comprometió a asistir tras una visita que realizó a las obras el pasado 24 de agosto. Quienes han garantizado su presencia son varios artistas locales y Jaime Ruiz, delegado del Distrito San Pablo-Santa Justa, que ha asumido los gastos del homenaje, que apenas superan los 3.000 euros. Y, como no, su familia, al completo, desde sus nietos hasta su viuda, Rosario Murdana, que recibirán hoy una oleada de afecto.

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