Sexta campaña de elecciones autonómicas pero con la ilusión de la primera vez. "Me siento como un chiquillo con zapatos nuevos". Es el mensaje que dio ayer Manuel Chaves, que afeó a la oposición que dé la contienda por perdida antes de empezar.
El PSOE eligió una jornada netamente gaditana para arrancar la campaña. Chaves empezó temprano con rueda de prensa en Cádiz, se reunió con empresarios turísticos en Chiclana, estuvo con mujeres en Chipiona y culminó con un mitin en un hotel de Jerez de la Frontera. Una gran ciudad conquistada por los socialistas en las últimas municipales y que les permitió quitarse el sabor amargo de que cinco de las ocho capitales andaluzas se quedaran en manos del PP. Los socialistas van a intentar movilizar el voto urbano, el más proclive a la abstención, que es joven, de ciudad y de izquierdas.
El presidente andaluz ha cumplido ya la mayoría de edad en el poder. Acumula 18 años en el Gobierno que serán 22 si gana de nuevo el 9 de marzo. Este dato, utilizado por la oposición para debilitar su figura, fue uno de los que más preguntas suscitó al presidente. Él se mantiene impasible cuando se le interroga sobre si teme "hartazgo" hacia su persona. Su tesis es clara: la experiencia es un grado. "¿Que llevo demasiado tiempo? A mí ese mensaje no me da miedo", aseguró el dirigente socialista, convencido de que intentar tapar o escabullirse de ese debate es peor. Le preocuparía, añadió, "si los ciudadanos pudieran decir que los años de gobierno socialista han sido malos para Andalucía". Pero los andaluces han visto, según sostiene el PSOE, como este partido ha procurado "una transformación radical" de la comunidad. "Los mismos años hay de oposición", se defendió Chaves.
Si las encuestas no engañan, los socialistas parten en Andalucía en un escenario electoral favorable a sus intereses. Tendrían la victoria asegurada y la pelea se centraría en si será capaz de reeditar o no la mayoría absoluta que el PSOE cosechó en 2004, con 61 de los 109 diputados del Parlamento, y de la que no disfrutaba desde 1990. Ayer Chaves se aprovechó de este escenario y lamentó que "la obsesión del resto de partidos" sea que el PSOE no repita su mayoría absoluta. "Es triste que den de antemano por perdidas las elecciones", agregó, porque "esa falta de confianza en sus posibilidades provoca una falta de credibilidad".
El presidente de la Junta prometió ante los periodistas -a ellos les emplazó a reprochárselo si lo incumple- una campaña "limpia", "sin insultos". Eso, dijo un candidato al que la abstención el 9 de marzo le preocupa y mucho, es una garantía para no alejar a los ciudadanos de las urnas. A su juicio el voto del PSOE "no está aún movilizado". "Es un votante más crítico, más reflexivo, que se decanta a lo largo de la campaña", aseguró Chaves. Una circunstancia que afecta sobre todo a José Luis Rodríguez Zapatero. "A nivel nacional la batalla electoral está muy reñida, es muy competitiva", admitió Chaves.
