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El mobiliario urbano como un reto a sortear

No se sabe si es un deporte o no, pero se llama parkour y La Rinconada cuenta con un grupo de jóvenes que lo practica. Para demostrarlo han hecho una serie de exhibiciones, en las que evidencian que lo suyo es acoplarse al mobiliario urbano. Foto: J.M.

el 15 sep 2009 / 21:38 h.

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No se sabe si es un deporte o no, pero se llama parkour y La Rinconada cuenta con un grupo de jóvenes que lo practica. Para demostrarlo han hecho una serie de exhibiciones, en las que evidencian que lo suyo es acoplarse al mobiliario urbano a un ritmo que no deja de sorprender.

Aprovechan todo el mobiliario urbano para desplazarse mediante movimientos acrobáticos. Utilizan bancos, barandillas e incluso los juegos infantiles de los parques públicos. Son especialistas en parkour, una disciplina que consiste en desplazarse por el medio urbano, superando los obstáculos que se encuentren. Para la mayoría de las personas este deporte (algunos no lo consideran como tal, sino como un movimiento urbano en sí) es un total desconocido pero, entre los jóvenes que practican actividades como la capoeira o el atletismo está cada vez más de moda.

Humberto de Celis, más conocido como Nemi, es el capitán del grupo de parkour que hay formado en La Rinconada, los Urban Crazy. Tiene 22 años y lleva tres dedicado a la práctica de esta modalidad deportiva. "Empezamos siendo un grupo muy numeroso y nos hemos quedado unos 17, todos de la localidad y algunos de Brenes", explica sobre el origen de esta singular agrupación.

Para perfeccionar sus movimientos, acuden una vez al mes a Sevilla, donde se reúnen al menos 300 de ellos para realizar exhibiciones. Pero para ello, explican, hay que entrenar duro. Lo hacen una vez a la semana en el parque Dehesa Boyal, en la barriada La Paz y por la zona de la biblioteca de San José, y no es nada sencillo porque por lo pronto todo el que se embarca en esta práctica debe disfrutar de muy buena forma física. Como hay que ejercitar muchísimo la musculación, casi todos practican otro deporte para completar su condición física. Su práctica semanal consiste en repasar movimientos, intentar resolver algunos nuevos y buscar nuevas técnicas con los que salvar los obstáculos que les salen al paso durante sus paseos urbanos.

Nemi y su primo, al que llaman Nitro, explican que el parkour les sirve para "escapar de la realidad". Además, aseguran, "requiere no sólo un gran control físico sino también mental". De hecho, más que un deporte, muchos lo definen como una filosofía moral con sus propios valores, muy en la línea de las últimas corrientes urbanas.

Un espacio. Aunque es una práctica desconocida que más de uno mira de reojo, ellos reivindican un espacio para el parkour. Ya han participado en exhibiciones en La Rinconada a través de la muestra Creajoven que puso en marcha el área de Juventud, y en la que fue una de las actividades que tuvo más éxito entre el público. Ahora estudian la creación de una asociación, para poder tener un sitio propio donde entrenar y estar reconocidos.

Para Nemi, el parkour se ha convertido en un estilo de vida y le gustaría incluso dedicarse por completo a esto. De hecho, muchos de los aficionados a este deporte son especialistas de cine o actores en parques temáticos. Este joven rinconero también quiere probar suerte en este campo y sueña en un futuro con dedicarse a ser especialista de forma profesional.

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