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El naranja es el color favorito

Primero fue Italia, ahora Francia. Holanda ha cumplido con creces en estos dos primeros partidos y ayer se deshizo a lo grande de los bleus (4-1), con lo que se asegura la primera plaza en un grupo en el que los otros tres equipos se la jugarán en la última jornada.

el 15 sep 2009 / 06:20 h.

francisco ávila (efe)

Primero fue Italia, ahora Francia. Holanda ha cumplido con creces en estos dos primeros partidos y ayer se deshizo a lo grande de los bleus (4-1), con lo que se asegura la primera plaza en un grupo en el que los otros tres equipos se la jugarán en la última jornada.

No fue un fútbol de continuidad, como el ofrecido ante los de Roberto Donadoni, ayer jugaron más a lo práctico y con una pegada brutal, ante un rival de más entidad que los transalpinos, pero con prácticamente el mismo resultado final.

Fue determinante en la suerte del partido la entrada de Arjen Robben. Salió en la segunda mitad, protagonizó la jugada del 2-0, además de marcar el 3-1, en una acción psicológica, justo un minuto después de que Henry hubiera acortado distancias. Ni Ribéry multiplicado, con libertad total de movimientos, ni la referencia de Thierry Henry, el esperado, que por fin jugó y marco; ni la entrada de Sidney Govou o Patrice Evra; ni tampoco la certeza de jugar mejor que Holanda durante muchos minutos. Francia se encontró desnuda en la primera vez que los de Van Basten llegaron a la portería de Coupet. Marcó Dirk Kuyt en el minuto 9 y aparecieron los fantasmas en el equipo de Domenech.

No fue Holanda el equipo que maravilló con su fútbol ante Italia. Jugó Francia con la presión de saber que no podía fallar más y salió a buscar el partido. Ribéry y Evra estuvieron muy activos; Henry buscaba huecos, pero los holandeses no se inmutaron. Francia parecía tener el control, pero no llegaba ante la meta contraria.

Entró en el descanso el madridista Robben por Engelaar, Van Basten dio más pegada a su ataque; después puso a Van Persie por un trabajador Kuyt y Holanda acabó por derrocar al equipo de Domenech. En la primera acción de Robben por la izquierda, el madridista centró al segundo palo y van Persie remató a Francia: 2-0, con más de media hora por delante.

Sin tregua, Francia porfiaba, en los minutos de más presencia de Henry. El barcelonista aprovechó un centro de Sagnol para desviar suavemente (2-1), pero la alegría le duró justo un minuto, lo que tardó Sneijder para servir a Robben. El extremo se deshizo de Thuram y de Francia (3-1) en el minuto 72.

Con el partido resuelto, los oranje fueron más conservadores y tuvieron hasta tres llegadas claras a la contra. En una de ellas, Sneijder batió a Coupet de un gran tiro desde fuera del área, una espectacular manera de redondear la noche.

Son los holandeses los mejores del grupo de la muerte y, si quisieran, tendrían la llave para dejar fuera de combate a franceses y italianos, una elucubración de la que saldría favorecida Rumanía y hasta indirectamente... España.

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