La dramática sangría laboral que España ha vivido en las últimas fechas se ha tomado un respiro en abril, aunque no debe olvidarse que se trata de un mes tradicionalmente bueno para el empleo. El paro bajó el último mes por primera vez en Sevilla en los últimos trece meses. En España y Andalucía, sin embargo, continuó subiendo aunque a menor ritmo que en meses anteriores y que el propio abril del pasado año. El dato no es malo dada la actual coyuntura de caída libre. Incluso es destacable el hecho de que Andalucía haya sido la comunidad en la que menos ha subido el paro en el último año. Pero la cruda realidad evidencia que estos datos no suponen más que un paréntesis debido al empuje del sector servicios por las vacaciones de Semana Santa, y en Sevilla, por las contrataciones y altas vinculadas a la Feria de Abril. Es cierto que mueve a la esperanza el hecho de que no haya subido el paro esa media de 200.000 personas a la que ya nos estábamos acostumbrando en los últimos nueve meses, si bien la cifra de desempleados sigue subiendo, rozando ya en España los 3.700.000. Quizá por eso, nadie en el Gobierno ha llamado al optimismo, más bien a la prudencia y ni los sindicatos, empresarios o expertos en la materia se atreven a hablar de cambio de tendencia. El informe de la Comisión Europea que sitúa a España como el último país de la zona euro en salir de la crisis debido al mayor peso del sector de la construcción deja a las claras que el desempleo seguirá al alza en los próximos meses. No es un cambio de tendencia, pero sí podemos comenzar a atisbar el fin de la caída libre del empleo, debido en parte a las medidas puestas en marcha por las administraciones, sobre todo a la hora de agilizar el gasto público y poner en marcha infraestructuras dentro de los planes anticrisis. El paro no ha tocado suelo en España, pero es cierto que se empiezan a ver señales de recorte de la hemorragia. Y eso en la actual situación, ya es algo.
