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¿El problema está en el banquillo?

Cinco entrenadores han pasado por el banquillo de Nervión durante las últimas cuatro temporadas. Míchel está en la cuerda floja y el próximo día 5 de enero se juega el puesto.

el 30 dic 2012 / 19:55 h.

La mala racha que lleva el Sevilla durante la presente temporada podría terminar con el cese de Míchel si el equipo no logra los tres puntos el próximo 5 de enero ante Osasuna. Una victoria la noche de la Cabalgata de Reyes le daría al entrenador, al menos, una semana más de trabajo. Pero una posible destitución del técnico si el equipo continúa en la misma línea con la que ha cerrado este año dejaría en evidencia al consejo de administración y a su presidente, José María del Nido.

Éste se ha jactado de decir durante los últimos años que las plantillas confeccionadas por Monchi eran más que suficientes para lograr los objetivos pero visto lo visto y tras dos años sin jugar competición europea (la 2011-12 sólo se jugó la previa de la Uefa Cup ante el Hannover) la reflexión no debe hacerse únicamente centrándose en el banquillo. Cinco entrenadores han pasado por Nervión durante las últimas tres temporadas y media (33 meses). Por contra, han dejado el equipo jugadores que llenaron las vitrinas de trofeos y la mayoría de los fichajes, salvo excepciones, no han demostrado demasiada valía.

Desde que Juande Ramos llenara el club de gloria para luego salir por la puerta de atrás camino de Londres han pasado por el banquillo Manolo Jiménez, Antonio Álvarez, Gregorio Manzano, Marcelino García Toral y Míchel. Salvo el de Arahal, que durante su segunda temporada terminó con el equipo tercera en la tabla a pesar de que siempre fue muy discutido por la afición, ninguno de ellos ha logrado cumplir al cien por cien los objetivos marcados. Jiménez tomó el mando del primer equipo en la temporada 2007-08. Los primeros partidos de Liga, aún con Juande en el banquillo, el equipo no había mostrado la fortaleza de años anteriores y estuvo dando una de cal y otra de arena. Jiménez, que debutaba como técnico en Primera División tras siete años en el filial, logró enderezar el timón de la nave y terminó la Liga en el quinto puesto aunque el equipo fue apeado en la Champions League en octavos de final tras perder contra el Fenerbahçe del brasileño Zico en una dramática tanda de penaltis.

La temporada siguiente, el consejo de administración concedió de nuevo todos los galones a Manolo Jiménez que, aunque continuó siendo muy discutido por la grada del Sánchez-Pizjuán, cuajó una gran temporada y el equipo terminó la Liga en la tercera posición. Aquel año, el Sevilla ganó 21 partidos, empató siete y perdió 10. De las diez derrotas, seis de ellas fueron en el Sánchez-Pizjuán y por ahí se escapó la posibilidad de intentar dar caza al Real Madrid, que terminó en segunda posición con 78 puntos, únicamente ocho más que el Sevilla. El curso futbolístico siguiente (2009-10) Jiménez comenzó la temporada pero los malos resultados del equipo terminaron con su cese tras un empate en casa ante el Xerez en la jornada 28 que suponía el séptimo encuentro consecutivo sin ganar.

Tras el técnico de Arahal tomó el mando otro hombre de la casa. Antonio Álvarez, que fue segundo con Juande Ramos y el club le ofreció la oportunidad de su vida. Álvarez cogió el equipo ya clasificado para la final de la Copa del Rey, que se ganó contra el Atlético de Madrid, y logró la cuarta plaza en la Liga gracias a un milagroso gol del canterano Rodri en Almería en el último del descuento del último partido de Liga.

Aunque planteaba serias dudas su continuidad, el club apostó por él pero la inesperada eliminación en la ronda previa de la Champions League ante el Sporting de Braga fue la antesala de una destitución que llegó en la quinta jornada de Liga tras dos victorias, dos empates y una derrota. Al que fuera Mariscal del Área le relevó Gregorio Manzano, que llegaba avalados por cinco magníficas temporadas en el Real Mallorca. En la última de ellas perdió la plaza para la previa de la Champions precisamente por el gol de sevillista Rodri. El entrenador andaluz, que optó por no continuar en el Mallorca, aceptó el reto de intentar meter al Sevilla de nuevo en Champions pero tampoco lo logró.

En los 33 partidos que dirigió al equipo en Liga, logró 15 victorias, 5 empates y 13 derrotas y terminó la competición de la regularidad en el quinto puesto que daba derecho a jugar la ronda previa de la Uefa Cup. Las sensaciones del equipo durante toda la temporada, al igual que su juego, tampoco fueron nada buenas y el club decidió no renovar el contrato del jienense. Manzano se marchó al Atlético de Madrid la siguiente temporada y fue cesado tras 16 jornadas.

La apuesta para la siguiente temporada fue Marcelino García Toral, un técnico que nunca se había sentado en el banquillo de un grande pero que había cuajado excelentes campañas en el Recreativo de Huelva (2006-07) y Racing de Santander (07-08 y 10-11), aunque también fue cesado en el Real Zaragoza (2009-10). El entrenador cántabro, que llenó Nervión de ilusión durante las primeras jornadas también terminó fracasando. Únicamente llegó a disputar 21 jornadas de Liga y el equipo cayó eliminado en la ronda previa de la Uefa Cup. Por segundo año consecutivo el Sevilla terminaba su aventura europea en plena pretemporada. En Liga, el Sevilla de Marcelino sólo ganó seis partidos, empató ocho y perdió siete. El entrenador se fue entre lágrimas porque era consciente de que había perdido la oportunidad de su vida, pero los resultados mandan y Del Nido apostó tras su cese por Míchel.

El madrileño se sentó en el banquillo los últimos 17 partidos de Liga y cosechó siete victorias, tres empates y siete derrotas, un balance mediocre que terminó con el equipo en la novena plaza y fuera de Europa. Aún así, Del Nido le ofreció la renovación y hasta ahora las sensaciones y la clasificación son peores que la temporada pasada. Durante los próximo días, o meses, sabremos si el banquillo se traga de nuevo un entrenador, o no.

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