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«El pueblo de Almonte nos ha propuesto que nos hermanemos»

En su primera romería como alcalde de Villamanrique de la Condesa, José Solís reivindica el valor económico del paso de las hermandades por su pueblo, una fiesta de Interés Turístico de Andalucía que arranca hoy.

el 15 sep 2009 / 04:17 h.

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En su primera romería como alcalde de Villamanrique de la Condesa, José Solís reivindica el valor económico del paso de las hermandades por su pueblo, una fiesta de Interés Turístico de Andalucía que arranca hoy.

-¿Qué le aporta el paso de las hermandades a Villamanrique?

-Villamanrique, desde hace muchos años, siglos, tiene el Rocío como fiesta más importante. El manriqueño siente el Rocío como algo propio. Pero, además, se ha ido desarrollando una actividad comercial y turística en torno al paso de las hermandades en la que queremos seguir ahondando. De hecho, queremos crear infraestructuras permanentes para que las hermandades que pasan por aquí en sus peregrinaciones a lo largo del año fijen en Villamanrique su kilómetro 0 en la ruta hacia El Rocío.

-¿Qué sería del pueblo sin esta fiesta?

-Es inconcebible Villamanrique sin el paso de las hermandades y sin el Rocío. Tenemos que hacer valer el potencial económico de esta fiesta. Vivimos de la agricultura, de una horticultura magnífica, pero se nos conoce en el mundo entero por el Rocío. En la web municipal, por la que transmitimos en directo el paso de las hermandades desde hace años, recibimos visitas de Estados Unidos, Tokio o Nueva Zelanda... Hay andaluces repartidos por todo el mundo y se emocionan viéndolo. Son nuestras raíces y nos sentimos orgullosos. Un manriqueño encontró a la Virgen y Villamanrique fue la primera hermandad que se constituyó.

-¿El pique con Almonte se nota también en la política?

-El pique no se nota en nada. Las relaciones con Almonte son extraordinarias, tanto con su ayuntamiento, con su equipo de gobierno, como con sus vecinos. Ambos vivimos en el corazón de Doñana y hay un camino que une las dos poblaciones desde siempre. Es un pique sano, algo natural cuando hay roces, pero Francisco Bella, el alcalde de Almonte, incluso me ha planteado que nos hermanemos.

-¿Y ha prosperado la idea?

-Es una buena idea que tenemos que ir trabajando y que, creo, gustará a las dos poblaciones.

-Los porches han cambiado. ¿Alterará el paso de las hermandades?

-En absoluto. Este año estrenamos alcalde, junta de gobierno, cura párroco y porches. Los hemos reformado haciéndolos de granito, como el resto de la plaza, para que estén más integrados. Y aunque son dos escalones más, en lugar de cinco, siete, la altura total no ha variado, por lo que resultará más fácil subir a los animales y las ruedas de las carretas. Los niños, en el Rociíto, los han estrenado [el miércoles de la semana pasada] y ha resultado de gran belleza.

-Este año muchas filiales han tenido que cambiar su lugar de pernocta en el municipio porque los propietarios de la finca del Corredero querían cobrarle 1.800 euros.

-Nosotros ya teníamos previsto habilitar y mejorar las zonas de acampada en la Dehesa Boyal porque la Junta nos lo había pedido. Hasta ahora algunas de las hermandades pernoctaban en una finca expropiada, pero los antiguos propietarios la han recuperado y pueden hacer lo que quieran. No obstante, el nuevo centro habilitado es magnífico, lo que queremos es que las hermandades se sientan siempre a gusto en nuestro pueblo y disfruten como nosotros. Si nuestro paso de hermandades es fiesta de interés turístico es gracias a ellas.

-Hinojos ha planteado la posibilidad de cobrar a las hermandades por pasar por su camino. ¿Usted se ha planteado esta posibilidad?

-No. No sería posible ni planteable. Éste no es nuestro objetivo. Las administraciones, todas, tenemos la obligación de trabajar para que todas las personas que quieran ir al Rocío lo hagan en las mejores condiciones. En Sevilla, no se plantean cobrar a las hermandades en Semana Santa o a la gente por ir a la Feria. El paso de las hermandades tiene un potencial económico de gran envergadura y en el tiempo que yo esté aquí, que serán al menos cuatro años, no se nos pasará ni por la cabeza tal barbaridad.

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