El retablo mayor de la Catedral, el más grande de la cristiandad con casi 30 metros de altura y 20 de ancho, más de 200 figuras y 44 escenas, ya está oculto por un inmenso andamio que comenzó a construirse el 23 de enero y cuya instalación ha requerido tres semanas de trabajo. En Semana Santa estará completamente oculto ya que a partir de la próxima semana será cubierto por una lona con la fotografía de esta joya del siglo XV. Será lo único que verán los fieles sevillanos y los miles de turistas que entren en la Catedral durante los próximos 28 meses, aunque a partir del año que viene el Cabildo organizará visitas concertadas en grupos pequeños para ver de cerca el trabajo hasta la altura del segundo piso del andamio construido.
El presupuesto de esta invervención, centrada en la limpieza del retablo y en fijar la policromía y el dorado donde esté deteriorado -sin repintar ni redorar nada- asciende a 1,6 millones de euros, íntegramente sufragados por el Cabildo con un presupuesto que procede en un 95% íntegramente de las visitas turísticas, que pese a la crisis en 2011 crecieron un 11%.
No será una restauración extraordinaria como la emprendida hace 30 años por el profesor Francisco Arquillo, sino una limpieza de mantenimiento que no se hacía desde hace 18 años. El jefe del proyecto de la empresa Ágora, Francisco Guerra, deja claro que el polvo para una obra de arte de estas características es uno de los principales agentes de degradación.