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El reto de la Navidad

En estos días cargados de buenos sentimientos, de momentos de especial ternura, también hay tiempo para disfrutar de una lectura especial. Un conocido periódico ha propuesto como entretenimiento navideño un cuestionario que ha denominado "el reto de la Navidad".

el 14 sep 2009 / 21:57 h.

Un conocido periódico ha propuesto como entretenimiento navideño un cuestionario que ha denominado "el reto de la Navidad". Unas cuarenta preguntas que pretenden poner a prueba su conocimiento cultural en el campo literario, artístico, televisivo o cinematográfico. Yo les quiero proponer algo más sencillo. Algo tan simple como leer un libro. En estos días cargados de buenos sentimientos, de momentos de especial ternura, envueltos por una temperatura ambiental que invita a acompañarse de la familia o de amigos escogidos alrededor de un brasero o de una chimenea, también hay tiempo para disfrutar de una lectura especial, de esa para la que siempre andamos escasos de tiempo. Les invito a un relato, a un diálogo escrito, el de un padre que siente cerca la muerte y que convoca a su hijo para hablar de sus sentimientos, convicciones, experiencias, certezas e incluso de sus misterios. Pero no se confundan, no es el testamento hecho en vida de un moribundo, tampoco es una letanía de suspiros, reproches o lamentos. Es una carta de amor de un hombre, de un padre hacia su hijo y su familia. La narración de una existencia que siente que el compartir el espacio físico a lo largo de los años no es el mejor método del conocimiento, aunque sea tan importante como la vida misma. También es una propuesta, un camino para asumir lo inevitable desde la serenidad, la inteligencia, desde la aceptación del sentido natural de la vida.

En el libro El fin es mi principio, Tiziano Terzani, un conocido periodista italiano, durante décadas corresponsal en Asia del semanario alemán Der Spiegel, desgrana en un fluido diálogo con su hijo su relato vital. Su versión personal de la existencia, con todos sus errores y contradicciones. También con las convicciones morales que han permanecido constantes, a pesar de los cambios inevitables en la apariencia de las ideas. Una narración que parte de la pobreza de un barrio marginal de Florencia, que atraviesa la agitada sociedad americana de los sesenta, la China de la revolución cultural, el auge frenético de Singapur, Hong Kong, Tokio, Bangkok, o el choque de su racionalismo florentino con Nueva Delhi o el Tibet. Un relato que acaba donde empezó, un círculo que se cierra en la propia Toscana. Una historia que habla de la transición de las ensoñaciones revolucionarias de una generación, a la implacable percepción del poder excesivo, de la política defectuosa, de la inhumana economía, de la gratuita fama de los indocumentados, de los erróneos valores irrelevantes en el gobierno de nuestra propia existencia.

Terzani consigue una bella historia. Un libro para emocionarse sin cutre sensiblería. Una excusa para detener el reloj y aprovechar la pausa. Aceptemos su invitación, "¿y si nos sentáramos juntos una hora cada día, y tú me preguntases las cosas que siempre has querido preguntarme y yo hablara sin trabas de todo lo que me parece importante, desde la historia de mi familia hasta la del gran viaje de la vida?". El método Terzani, un verdadero reto para la Navidad.

Gonzalo Suárez Martín es abogado

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