El río Guadalquivir se cobró su segunda víctima en apenas ocho días, después de que encontrara el cadáver de un hombre de unos 55 años a la altura del puente de la Barqueta. Pocos minutos antes de la nueve de la noche, el servicios de Emergencias 112 recibió una llamada alertando de que habían encontrado un cuerpo flotando en el río y que lo estaban intentando sacar de allí para iniciar las tareas de reanimación.
El 112 dio traslado de la llamada al operativo de rescate, que estaba formado por agentes de la Policía Nacional, la Policía Nacional y la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) 061. Este operativo se desplazó rápidamente al lugar del suceso, concretamente en la orilla del paseo de Juan Carlos I, a la altura del puente de la Barqueta y, concretamente, cerca de un pequeño embarcadero, donde a lo largo de la tarde se habían concentrado varios personas que habían optado por bañarse en el río. Sin embargo, sólo llegaron para certificar el fallecimiento del varón.
La Delegación de Convivencia y Seguridad del Ayuntamiento de Sevilla ha indicado que todavía se desconocen las causas del fallecimiento, aunque los primeros indicios apuntan a que se podría tratar de un ahogamiento. De confirmarse tal extremo, pasaría a ser el segundo ahogamiento en el río Guadalquivir en poco más de una semana, después de que un joven de 26 años de nacionalidad marroquí muriera en la mañana del pasado 27 de mayo mientras se pegaba un baño en el entorno del Puente del Alamillo, a la altura del Centro de Alto Rendimiento de la Cartuja. En aquella ocasión, se tuvieron que desplazar a la zona efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, ya que el cuerpo del joven había quedado sumergido en las profundidades del río.
Las muertes por ahogamiento se suelen producir sobre todo en verano, ya que, con el ascenso de las temperaturas, algunos sevillanos optan por bañarse en el río Guadalquivir. Sin embargo, no es habitual que se produzca en tan escaso espacio de tiempo. Pese a esto, hay precedentes. El 18 de julio de 2010 se encontró el cadáver de un joven de 22 años, natural de Uganda y refugiado en España , que estaba nadando cerca del puente del Alamillo y que había fallecido ahogado. Dos meses antes, el 3 de mayo de 2010, un indigente de 44 años perdió la vida mientras se bañaba en el río, esta vez a la altura del puente de Triana.
También se produjeron al menos dos muertes durante el año 2009 por bañarse en el río: la primera, la de un extranjero sin documentación cuyo cuerpo se halló en el tramo entre el puente del Alamillo y el de la Barqueta en julio; y la segunda, la de otro bañista que fue rescatado a la altura de la Torre del Oro. Pese a estos precedentes, muchos sevillanos siguen acudiendo al río a nadar.
Además, el baño en el río Guadalquivir a su paso por la capital hispalense está terminantemente prohibido por su elevada peligrosidad, por un lado, y por el estado de contaminación que presenta, por otro. Se trata de un río con fuertes corrientes internas y con mucha maleza en el fondo, también en la zona más cercana a las orillas, lo que hace fácil que los nadadores puedan engancharse y no puedan salir. Además, hay muchos juncos, raíces de árboles y basura en el fondo, que además es fangoso y no permite impulsarse.
