El rector del templo que preside la patrona, Diego Pérez Ojeda, explicó que éste es un proyecto que "hace tiempo" tenían en mente, antes incluso de que el pasado mes de febrero se produjera el intento de robo, aunque es cierto que dicho suceso hizo que aceleraran la decisión de instalar este sistema de seguridad.
Las ocho cámaras que se encuentran activas están situadas "en los sitios más convenientes" del templo, a lo largo y ancho del mismo, "centrando lógicamente una de ellas en el camarín de la Virgen de Consolación".
Estos elementos de videovigilancia graban todo lo que ocurre en las instalaciones de manera permanente, ya esté la iglesia abierta o cerrada. La persona que se encarga de atender la tienda de recuerdos del santuario también tiene la posibilidad de ver en tiempo real las imágenes que recogen los dispositivos instalados, e incluso localizar algún instante concreto de lo ya filmado. El sistema se une a la alarma que ya poseía el templo.