Siguiendo la línea de sus alineaciones anteriores, Manzano zanjó la polémica sobre el número de delanteros poniendo a dos sobre el campo, algo que ha hecho en todos sus partidos excepto en el de Dortmund. En esta ocasión, los elegidos fueron Negredo y Kanouté, hasta el momento la dupla que mejor ha funcionado. El malí, volvió a situarse una vez más como segundo delantero, ayudando en tareas defensivas al centro del campo.
Lo más sorprendente de la alineación inicial fue la inclusión de Konko como extremo derecho, formando Dabo justo detrás de él. El francés, eso sí, tendía a centrar su posición en el mediocampo y, en ocasiones, parecía tener libertad para moverse en la vanguardia.
Con los cambios, Manzano dispuso un sistema completamente distinto. En primer lugar salió Romaric, que ocupó una falsa mediapunta. Una posición que retrasó con la salida de José Carlos en el minuto 81 por Guarente. Entre las salidas del marfileño y el de Nerva, saltó al campo Luis Fabiano para ocupar en solitario la punta de ataque. Una situación en la que O’Fabuloso no rinde.
Este cambio de sistema no dio el resultado esperado, pues a partir de él, el Karpaty se estiró y empezó a llegar tímidamente gracias a que el Sevilla perdió la posesión de una pelota que, hasta entonces, era sólo suya.
