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El supuesto parricida no padecía esquizofrenia

Todos los informes psiquiátricos coinciden en que el funcionario de prisiones que mató a su mujer no sufre esquizofrenia y que era consciente de lo que hacía. Sólo los peritos propuestos por su defensa discrepan, afirmando que no se le puede imputar delito alguno. El juicio proseguirá mañana.

el 15 sep 2009 / 15:35 h.

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Todos los informes psiquiátricos coinciden en que el funcionario de prisiones que mató a su mujer no sufre esquizofrenia y que era consciente de lo que hacía. Sólo los peritos propuestos por su defensa discrepan, afirmando que no se le puede imputar delito alguno. El juicio proseguirá mañana.

La cuarta jornada del juicio por el crimen de La Rinconada se reanudó ayer en el mismo punto en el que se dejó, tras su repentina suspensión. La sesión se inició con la declaración del psiquiatra que examinó al funcionario de prisiones, Rafael S., que ha vuelto a incidir en que no sufre ningún tipo de trastorno mental ni, por tanto, esquizofrenia, pese a que su madre y sus dos hermanos padecen dicha enfermedad. Un diagnóstico que coincide, tanto con el del psiquiatra que le atendió la noche de los hechos, como con el de prisión, que sólo ha confirmado vía fax que, en la actualidad, el procesado, sufre un trastorno depresivo.

Tras más de una hora, llegó el turno de los peritos propuestos por la defensa, que explicaron de forma extensa durante más de dos horas los síntomas que les lleva a afirmar que el acusado sufre "un trastorno próximo a la esquizofrenia", aunque puntualizaron que no la padece. Según los dos peritos, Rafael tiene "la atención muy alterada", lo que le lleva a padecer el denominado "pensamiento onírico", que definieron como "un sueño que en realidad él vive despierto"; además, de "pensamiento mágico, es decir, lo que tiene en la mente se traduce en acciones externas". Estos síndromes son, según estos especialistas, "difíciles de identificar", ya que "es necesario conocer los antecedentes familiares".

Todas estas patologías, unidas al "síndrome depresivo" son los que, a juicio de los peritos de la defensa, le llevaron "a los hechos". De ahí que, ambos indiquen en su informe que "no se le puede exigir imputabilidad" por lo que hizo, que fue "un acto incontrolado". Los psiquiatras llegaron incluso a afirmar que "proyectaba en su mujer la ansiedad que él tenía" -así explican que ella tuviera que acudir al psicólogo- y que estas alteraciones no fueron un impedimento para que estudiara, pues "son crisis cíclicas".

El juicio que, tenía que haber terminado el viernes, ha sido de nuevo aplazado hasta el miércoles, en el que está previsto que declaren los forenses que realizaron la autopsia al cuerpo de Montserrat y su psicóloga, ya que ayer tampoco hubo tiempo suficiente. Rafael se enfrenta a un pena de 28 años de prisión por los delitos de asesino y maltrato psicológico habitual.

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