Josef Fritzl se enfrentó ayer por primera vez al testimonio acusatorio de su hija Elisabeth, que relató en un vídeo los 24 años de encierro y violaciones en un sótano a los que la sometió su padre en la localidad de Amstetten (Austria) hasta abril de 2008.
El vídeo del testimonio de Elisabeth se presentó ayer ante el tribunal que juzga a Fritzl, en el que en apenas 11 horas la mujer concentró sus 8.461 días de cautiverio, las violaciones a las que fue sometida, los siete hijos que dio a luz en el sótano y su vida en un habitáculo de apenas 60 metros cuadrados.
Esta declaración fue ayer el elemento esencial en la segunda sesión contra el conocido como monstruo de Amstetten, que se desarrolla en la Audiencia Provincial de la ciudad de Sankt Pölten. Es un testimonio que relata una vida que fue definida como "martirio inimaginable" por la fiscal que ejerce la acusación pública.
De quien no se detalló la reacción fue del acusado, del que sólo se reveló que "siguió la proyección con toda atención y cuidado", respondiendo a todas las preguntas.
Según explicó un portavoz judicial, el documento fue grabado por Elisabeth durante varios días y la experiencia fue "muy estresante para ella". Asimismo, sólo un hermano de la mujer aceptó declarar por medio de una grabación, una posibilidad que declinó el resto de la familia. Durante la proyección del vídeo, el jurado popular, la fiscal y la defensa de Fritzl interrogaron también a un neonatólogo sobre la presunta responsabilidad de Fritzl en la muerte, en 1996, de uno de los siete niños que concibió con su hija.
La Fiscalía argumentó, basándose en la declaración de Elisabeth, que Fritzl ignoró sus peticiones para que dispusiera ayuda médica para el recién nacido por los problemas respiratorios que sufría. Esta imputación puede costarle al acusado una pena de cadena perpetua y si recibe esta sentencia será, casi con toda probabilidad, hecha público el jueves.
Para hoy está prevista la presentación de un informe psiquiátrico sobre el estado mental de Fritzl, abierta a un limitado número de informadores, y testificarán dos peritos sobre los sistemas de ventilación y acceso al sótano-prisión donde fueron confinados Elisabeth y sus hijos.
Con toda esa información, los ocho miembros del jurado popular se retirarán a deliberar para comenzar el jueves a contestar el cuestionario sobre los cargos que se imputan a Fritzl, que son los de asesinato, esclavitud, violación, privación de libertad, coacción e incesto. Tras el dictado del veredicto, el jurado, junto con los tres jueces profesionales que dirigen el proceso, decidirán la sentencia que se impone a Fritzl y que puede ir desde un año de prisión a cadena perpetua.
