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En busca del teléfono de Shakira

Aclarar quién es Europa y encontrar sintonía con el ciudadano en su mensaje, en el debate.

el 23 mar 2013 / 10:04 h.

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Tarradellas usó dos saleros para explicar los problemas de comunicación de la UE. Tarradellas usó dos saleros para explicar los problemas de comunicación de la UE. Era la cita de un periodista hablando de comunicación a un auditorio muy vinculado a este ámbito. Fue inevitable que salieran a debate principios básicos de la profesión como qué es lo que rige el interés informativo o cómo conseguir llamar la atención de los medios para trasladar el mensaje europeo. Pero sin olvidar el trasfondo de que el ciudadano se siente europeo aunque alejado de las políticas que le condicionan su vida desde Bruselas “con legitimidad democrática”, aunque con la paradoja de que tampoco se implica directamente en el proceso de la elección de sus representantes. Y aquí los partidos políticos nacionales juegan un papel crítico, puesto que afrontan las elecciones al Parlamento europeo “en clave nacional y sin un programa orientado a Europa”. Muchas aportaciones y reflexiones. Y sin perder de vista la actualidad, como el caso de Chipre. “Que las malas noticias venden más que las buenas es un hecho clarísimo. Vende más que Chipre entre en crisis que Letonia haya salido de ella y su PIB crezca al 5,5%”, espetó Tarradellas, que admitió que es un “error” por parte de la UE trasladar mensajes técnicos de gobernanza europea como si a la persona que acaban de desahuciar o que lleva tres años en paro le interesara ese mensaje. “Es hora de empezar a utilizar más la inteligencia emocional porque la gente lo está pasando mal y hay que ser sensible a eso”. Aun así, defendió que Europa no es inmune ni le da igual lo que le pasa a la gente pese a la imagen que se traslada a veces de “encorbatados y burócratas” y puso de ejemplo la reciente sentencia contra los desahucios o la inclusión en el presupuesto comunitario de una partida de 6.000 millones para formación de los parados de larga duración. ¿Qué interesa a los medios de comunicación de Europa? Todo no, está claro. Y menos si los mensajes que se trasladan desde Bruselas son muy técnicos o afectan en distinto grado a los países miembros. Ejemplificaba Tarradellas –que antes de ser director de la Representación de la Comisión Europea en Madrid y desde hace dos meses en Barcelona, fue portavoz de dos comisarios comunitarios, Energía y Ayuda Humanitaria– y relataba que, en este último puesto, convocó una rueda de prensa para advertir de la amenaza de hambruna en los países del Sahel que hacía peligrar la vida de 450.000 niños. “De los 1.300 periodistas acreditados en Bruselas fueron cinco”. Como, por desgracia, el hambre en África no es novedad, indicó, hay veces que es necesario tirar de los reclamos que sí llegan a la gente. “Igual que Unicef tiene a Angelina Jolie, nosotros tenemos a Raúl o Stoichkov”. Porque que un futbolista vaya a uno de esos países a jugar un partido y a charlar con los chicos tiene más impacto que una rueda de prensa con muchas cifras. Por eso, “si tenéis el teléfono de Shakira, lo cojo”. A ver qué opinión tiene ella de la Unión Europea. Porque entre las críticas que sobrevuelan por Europa siempre acaba surgiendo la de la legitimidad democrática. No es eso lo que se cuestiona, le espetó algún comensal, sino la designación, pues no son elegidos directamente por los ciudadanos con su voto, sino por los jefes de Estado y Gobierno, aunque tienen que pasar pruebas de idoneidad que no todos logran superar. Ferrán Tarradellas destacó el actual momento de cambio, en el que el Parlamento Europeo –sí elegido por los ciudadanos– tiene poder de codecisión junto al Consejo de Ministros, lo que ha frenado alguna propuesta como el marco presupuestario. Aun así, se mostró partidario de que cada partido elija y haga campaña por su candidato para comisario en Europa, la tendencia hacia un federalismo europeo. Ahora impera la clave nacional, lo que aumenta el desafecto, como concluye que los representantes españoles son elegidos por menos del 50% de la población. Pero no es el único problema al que se enfrenta. Junto a ello, queda por clarificar quién es Bruselas y qué se comunica desde ahí –hay un millar de personas exclusivamente dedicadas a difundir su mensaje–. No solo recibió reflexiones, comentarios y críticas, también alguna sugerencia como centrarse en dar a conocer el beneficio que Europa ha aportado a España. Aquí Tarradellas recordó que “el problema es que las cosas buenas ya logradas, como la paz, la gente las da por descontadas”. A la UE le pasa como a la mujer del César, dijo. “No basta con que lo hagamos bien, tenemos que comunicarlo porque el ciudadano tiene derecho a saber en qué se gasta su dinero”.

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