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En defensa de los políticos

El otro día en una tertulia de radio, uno de los contertulios llamó "ratas" a los políticos de los partidos. Ya sé que es un insulto que no requiere glosa pero me sentí ofendido. Quien así opinaba estaba olvidando que los partidos políticos son la clave de la bóveda de cualquier democracia...

el 14 sep 2009 / 22:48 h.

El otro día en una tertulia de radio, uno de los contertulios llamó "ratas" a los políticos de los partidos. Ya sé que es un insulto que no requiere glosa pero me sentí ofendido. Quien así opinaba estaba olvidando que los partidos políticos son la clave de la bóveda de cualquier democracia, reconocidos en la Constitución como instrumento fundamental para la participación política. Y, por lo tanto, quien los descalifica es, sencillamente, un fascista. Lo que me llama la atención es que llevamos años conviviendo con un tipo así, que antes no se atrevía a dejar a la vista la parte menos noble de su pensamiento antisistema. Se apuntaba a esa pringosa cancioncilla de que todos los políticos son unos parásitos, que se dedican a la política por interés económico o porque no saben hacer otra cosa. En fin, denostaba al sistema de partidos, lo que los franquistas llamaban la partitocracia.

Quieren una democracia sin políticos. Es decir, en la que manden los suyos, los favorecidos por la fortuna, la élite a la que dicen pertenecer sin más disciplina que su voluntad personal al servicio de lo que les parezca conveniente a ellos. Es decir, les molesta la democracia.

Hay que tener unas cualidades muy especiales para dedicarse a la política, tarea noble y esforzada donde las haya. La clase política española está llena de dignas biografías de servidores públicos ejemplares. Y nos protegen de esos salvapatrias. Que son pocos, afortunadamente.

Carlos Rosado Cobián es abogado

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