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En trece martes, ni te cases ni te embarques

Martes 13, un día de mal agüero para los supersticiosos en la tradición latina. Las raíces de esta creencia se pierden en el tiempo, sin embargo hay quienes se dejan llevar por ella de manera obsesiva sin conocer su verdadero origen.

el 15 sep 2009 / 04:40 h.

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Martes 13, un día de mal agüero para los supersticiosos en la tradición latina. Las raíces de esta creencia se pierden en el tiempo, sin embargo hay quienes se dejan llevar por ella de manera obsesiva sin conocer su verdadero origen.

Una superstición, la relacionada con el 13, que ha llegado a adquirir el nombre científico de "triscaidecafobia", proveniente de la palabra griega "triscaideca", que significa trece, y de "phobos", miedo.

Varias son las teorías que se conocen acerca de la extensión de esta superstición sobre la supuesta mala suerte del 13. La primera habla de la propagación desde Escandinavia hacia el sur por Europa y, posteriormente, a América por los conquistadores españoles. La segunda, cuenta que surgió con la eliminación de la Orden de los Templarios, el 13 de octubre de 1307, y la tercera, que se expandió de Estados Unidos a principios del siglo XX.

Una de las primeras referencias que se han encontrado con respecto al 13 y su mal augurio se encuentra en la mitología nórdica en la era precristiana, señala el historiador Donald Dossey en su obra Holiday folklore, phobias and fun. Ésta narra la historia de un banquete en el Valhalla (el paraíso al que van los guerreros que mueren en combate) y al que fueron convocados 12 dioses. Loki, el espíritu de la pelea y el mal, llegó sin invitación, por lo que el número de presentes fue 13. En la lucha por expulsar a Loki, Balder, el favorito de las deidades, falleció.

En la fe cristiana, por su parte, la principal influencia se sustenta en que en la última cena de Jesucristo asistieron en total 13 personas: Jesús y sus 12 apóstoles, incluido Judas Iscariote, que más tarde le traicionó.

Tradición. Algunas tradiciones como la Cábala, el tarot, las del Antiguo Egipto y la Antigua Grecia o las creencias mayas y babilónicas, siempre han tenido presente el número trece en sus ritos y costumbres de una manera muy especial.

En la religión judía el número 13 es considerado como una cifra muy positiva: el año bisiesto hebreo se compone de 13 meses, Jacob en hebreo se escribe con 13 letras o 13 fueron los cuernos usados en los templos hebreos para llamar a la comunidad. El año pasado, el 13 de septiembre coincidió con el comienzo del Año Nuevo judío 5768 (Rosh Hashaná) y el mes sagrado de Ramadán del año 1428 de la Hégira, cuyos calendarios son distintos: el islámico es lunar y el hebreo, lunisolar.

En matemáticas, para el gran teórico sobre la proporción áurea Fibonacci, el 13 es un número de su serie áurea. Y por el contrario, los herméticos de la escuela de Pitágoras no consideraron el 13 como un buen número sino como "la falta de mezcla, por la simplicidad de lo inefable".

La cuestión sobre el martes 13 o el viernes 13 está determinada por la tradición. Así, la anglosajona se aferra al viernes y la latina al martes, aunque existen supersticiosos que consideran ambas fechas nefastas.

Duodécimo A. Las supersticiones con respecto al 13 no tienen límite. Desde las viviendas, en las que se omite el 13 en los portales (como en Florencia) o pisos y ascensores de edificios y hoteles, en los que se ha creado el piso duodécimo A. También el 13 falta en los asientos de los aviones y en las puertas de embarque de los aeropuertos.

En los circuitos europeos de Fórmula Uno no hay pits o boxes con el número 13, se pasa del 12 al 14. Y las competiciones no se celebran el día 13. Pero la cuestión se puede complicar aún más, ya que desde 2003 en el barrio asiático de Hampstead en Londres, no existen los números cuatro, 13, 14 y 24, ya que se asocia el ideograma del cuatro con la muerte.

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