La selección española de baloncesto se adelanta a la anfitriona por 10 puntos en los 5 minutos de prórroga. Pau Gasol no es una estrella, es una galaxia que sacó a España del agujero negro más profundo al que se ha enfrentado en unos pocos años, abierto por China en tres cuartos y suturado por el jugador de los Lakers -veintinueve puntos- en una atronadora exhibición del de Sant Boi.
Igual que el día del estreno frente a Grecia, los porcentajes españoles de tiro rayaron a un nivel impropio, sobre todo durante la primera parte. Para colmo, los chinos, apoyados por el noventa por ciento del pabellón, se envalentonaron al percibir las dificultades de los campeones del mundo. Un vistazo a los porcentajes expresa la gran diferencia de acierto y el motivo principal del sufrimiento de España.
Parón tras parón por los tiempos chinos España avanzaba cada vez más hacia aguas procelosas. Todo se conjuraba contra la selección nacional que, por otra lado, soportaba una intensa carga física dentro de las zonas. China asestó un profundo zarpazo al choque en la primera parte. Los segundos diez minutos subieron un parcial de 28-17 al marcador. España iba de cabeza.
El parcial del intervalo ya había sido muy feo (46-37). No tanto por la diferencia como por los nubarrones que anunciaba.
El tercer periodo tampoco invitó al optimismo a pesar de que Pau Gasol se partió la boca dentro de la zona. Nada puede con la casta de este jugador. La tarjeta del ala-pívot de los Lakers reflejaba veinte puntos a cinco minutos para el final. También se comió a Yao Ming, a quien eliminó, y con un parcial de 0-10 lanzó el primer dardo a la yugular china (64-61).
Un triple de Juan Carlos Navarro a falta de poco más de dos minutos igualó el choque. Marc Gasol confirmó el empate y en la prórroga, con un gran Pau Gasol y un espectacular Rudy Fernández, España dejó sin opciones al pegajoso anfitrión.
