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Esperanza en las carreteras

A pesar de las trágicas cifras de muertos y heridos que se han vuelto a repetir en la carretera durante las vacaciones de semana santa, algo parece estar cambiando para bien entre los conductores. Desde que se puso en marcha la operación especial con motivo de la semana festiva el pasado viernes 14 de marzo hasta las ocho de la tarde de ayer...

el 15 sep 2009 / 02:12 h.

A pesar de las trágicas cifras de muertos y heridos que se han vuelto a repetir en la carretera durante las vacaciones de semana santa, algo parece estar cambiando para bien entre los conductores. Desde que se puso en marcha la operación especial con motivo de la semana festiva el pasado viernes 14 de marzo hasta las ocho de la tarde de ayer -cuatro horas antes de concluir el dispositivo especial- habían perdido la vida en el asfalto 61 personas en 52 accidentes. Otras 20 personas sufrían heridas graves y 34 más lesiones leves. El año pasado durante estas fiestas la cifra de fallecidos fue bastante mayor. 103 personas murieron en 81 siniestros. El buen dato de la Semana Santa ratifica además la positiva tendencia a la baja en el número de sucesos al volante que marcaron los meses de enero y febrero. Par hacerse una idea de esta evolución tan positiva debe recordarse que hasta el presente mes de marzo han dejado su vida en el asfalto 460 personas, 129 menos que el año pasado. Este esperanzador resultado -el número de víctimas mortales ha bajado por primera vez del centenar en la semana santa- está relacionado directamente con la duras pero necesarias medidas contra los excesos al volante que se pusieron en marcha en la pasada legislatura. El incremento de efectivos de la guardia civil de trafico, el aumento de los radares en las carreteras y los efectos del carné por puntos tras la reforma del Código Penal en materia vial están haciendo que se vislumbre el gran objetivo de la DGT: que los conductores españoles sean por fin más responsables al volante y que el número de infractores no sólo siga disminuyendo sino que note la presión de esa mayoría que cumple la ley cuando conduce. Aunque queda mucho por hacer el camino marcado parece el adecuado. Si se indice en él con rigor se acabará rebajando la todavía brutal cifra de 3.000 víctimas mortales anuales en el coche. Hace sólo cuatro años este número era de 4.000. El milagro sí puede ser posible en las carreteras.

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