-¿Qué está pasando en IU? Quedan cuatro meses para las elecciones y no hay ni candidato.
-Sin duda falta sensatez en este proceso y creo además -y es la pena que tengo- que ha sido una legislatura muy buena para el trabajo de IU, que ha sido muy importante y decisorio sobre todo en Andalucía, y, en vez de estar vendiendo eso, estamos en un diálogo de sordos a nivel interno.
-Han salido dos nombres para aspirar a la Junta: Diego Valderas y, aunque aún no se ha decidido, José Cabrero. ¿Usted no está en esa carrera?
-No, yo no me he propuesto porque, entre otras razones, las primarias para la Presidencia de la Junta está muy mal reguladas en IU y es un proceso con mucha falta de garantías. Sí me he planteado, y en eso estamos, si voy a ser diputada por Sevilla.
-Entonces, entre esas dos opciones, ¿cuál sería la suya?
-Yo creo que Diego se he metido en un proceso en el que está muy mal asesorado. Porque en IU hace falta más apertura y más diálogo para atraer a nuevos sectores sociales y vender el trabajo, de marco, del Estatuto. Porque hemos conseguido cosas que ni soñábamos. Pero estamos en un proceso de cerramiento donde ni siquiera decide IU, sino algunos grupos que forman parte de ella.
-Si Valderas no, ¿Cabrero es su candidato?
-Yo no quiero definirme en ese sentido. Habrá que ver si se presenta y qué aportaciones quiere hacer al debate político andaluz. Y en ese momento me decidiré.
-¿Qué ha pasado de 2004 para que la CUT no esté a su lado? Ahora negocia con la cúpula del PCA, contra la que siempre ha estado enfrentada.
-Pues que les han ofrecido la cabecera de las autonómicas por Sevilla. Eso es lo que explica su vacilación y es lo que ha creado esa situación de ambigüedad política en la que creo que está la CUT.
-Esa negociación desembocaría en dos opciones: Valderas candidato por Sevilla o Sánchez Gordillo. ¿Cuál sería electoralmente más rentable?
-Habría que tener una sensatez grande y mirar que éste no es un proceso interno de IU: que hay que hacer candidaturas para el conjunto de la sociedad. Hay que elegir a las personas que tengan mejor comunicación social con el conjunto de la izquierda en Andalucía. Si tuviéramos altura de miras y generosidad haríamos las candidaturas en función de quién puede atraer a nuevos sectores. Pero no en estas miras tan pequeñas del reparto de puestos: yo no voy a estar en este reparto de puestos. Creo que estamos haciendo las cosas de manual de libro, pero al revés. Justo lo contrario de lo que habría que hacer.
-Pero para aglutinar a otros colectivos, Sánchez Gordillo se identifica con el extremo ideológico de la organización...
-A mí cualquier persona en IU me parece que puede ocupar un cargo, hay centenares de personas que pueden hacerlo. Ahora, en lo que hay que acertar es en la propuesta política que se va a llevar a las elecciones. Por ejemplo, Sánchez Gordillo estaba en contra del Estatuto, la apuesta estratégica de IU. Eso no quiere decir que no pueda ser candidato, pero hay que aclarar en qué términos vamos a plantear la campaña.
-¿Y dónde se ve usted? ¿En el Parlamento, al Congreso...? Por ahora no ha hecho una apuesta explícita sobre su futuro.
-Porque no quiero hacerlo. Me parecen mal las autopropuestas y las imposiciones y que no se respete a las bases de IU. Si yo estoy en el Parlamento es porque me han colocado las asambleas locales de IU. En el caso de la candidatura de Sevilla tienen que decidir las bases y si queremos abrir más el proceso pues sería bonito que se pronunciran los colectivos sociales que han colaborado estos cuatro años. Y Diego cae en un gravísimo error al querer cambiar los estatutos para que el candidato a la Presidencia de la Junta salga por Sevilla. Debería hablar con los compañeros, pero no con imposiciones, que no forman parte de nuestra cultura.
-Hace unos días hubo una reunión de críticos en La Luisiana. ¿Dará la batalla con ese bloque en la asamblea de junio, en la que se tendrá que elegirá al coordinador de IU?
-El foro de La Luisiana es de las cosas que últimamente me ha hecho ilusión en política. No es un foro de críticos, hay muchas personas que no lo son o que no pertnecen a IU. Ese foro, que no va a entrar en candidaturas, lo que quiere es ser un factor de recuperación del proyecto de IU. Una IU abierta, plural, que escucha a los movimientos sociales...Es una ventana abierta a la gente que se considera de izquierdas y va a tener mucho que decir de cara a los procesos asamblearios de después de las elecciones, en los que sí que toca discutir del proyecto. Y yo quiero estar ahí. Ahí voy a estar. Además con mucha ilusión porque mucha gente se ha volcado para participar. Va a ser un momento de que entre aire fresco y que no sea siempre el debate de los mismos con los mismos, por eso no quise hablar en el encuentro de La Luisiana.
-¿Entonces qué papel jugará de cara a esa asamblea? ¿Cómo referente de ese sector?
-Donde me pongan. Estoy intentando impulsar ese foro y nos hemos encontrado mucha gente ahí, de la izquierda alternativa, incluso Rosa Aguilar lo ha saludado con alegría. Va a ser un foro muy muy importante en IU.
-¿Y qué papel cree que debe jugar Rosa Aguilar en IU?
-El que ella quiera... No lo sé, pero tiene mucha capacidad de cambio y mucha ilusión. En este momento no ha querido ser el referente para las generales pero para el futuro podría serlo.
-¿Qué coste electoral tendrá esta guerra interna?
-El proceso se ha llevado muy mal y vamos muy tarde. Estos temas tendrían que haberse resuelto a la vuelta del verano y buscando el consenso. ¿Electoralmente? Espero que se recupere el buen discurso y haya un apoyo unitario a lo que se decida.
