La derrota deja al Banca Cívica en el mismo sitio que si hubiese logrado la victoria, la séptima plaza, pero con un cuerpo diferente. Ahora llegará al enfrentamiento del play off ante el Real Madrid con tres pinchazos consecutivos y dos certezas: sin Paul Davis el nivel de su baloncesto no le da para discutir de verdad con equipos respetables. Su ausencia crea un clima de desconcierto y una desconfianza que acusa el mejor de sus argumentos, la defensa. Porque el Banca Cívica padece atrás cuando sufre delante. Es una batalla psicológica que Plaza no ha ganado o no ha estimado oportuno afrontar, seguramente porque tampoco va con su ideario de baloncesto, donde siempre ha dado una cierta prioridad a la anotación pese a la exigencia defensiva que impone a sus equipos.
La segunda certeza llega por derivación. Banca Cívica ha perdido una oportunidad histórica de ganarse un cruce de cuartos que aumentara sus opciones de alcanzar las semifinales. Ahora, ante el Real Madrid y con factor cancha en contra, la sensación que planea, tras un partido como el de ayer, es que se acoge al papel de participante en vez de aspirante. Que la rodilla de Davis hable o calle para siempre.
El duelo del Carpena tenía una intrascendencia coyuntural para los sevillanos pero una trascendencia estructural. Se presentaba la oportunidad de dar un golpe serio al primer rival deportivo en una temporada en la que, después de doce presencias consecutivas, incluido el título de la 2005-06, no jugará el play off. Curiosamente la última temporada que faltó fue en la 98-99, en la que el Caja San Fernando acabó subcampeón y Unicaja, noveno, como ahora. Y los sevillanos eliminaron al Real Madrid en las semifinales.Pero el desarrollo fue el de tantas veces. En pocas ocasiones el equipo del San Pablo ha dado su mejor versión en el Carpena, incluso, ante un Unicaja con dificultades, sin base -Casimiro dio una vez más la dirección al escolta Berni Rodríguez, apoyado por el júnior Alberto Díaz y Valters más en rol de tirador-, sin nada especial en el perímetro, sólo con el talento enorme de Freeland como último eslabón de aquel equipo capaz de plantar cara al Barça y al Madrid en la lucha por los títulos. De haber sido el equipo de antaño hubiera provocado un destrozo, porque el porcentaje en los tiros de los capitalinos abrían la senda de un buen revolcón. Al descanso, un 29% en tiros de dos y un 10% (1 de 10) en triples. El siniestro total lo evitó el rebote ofensivo (10).A la vuelta, con 42-26 en el zurrón, Banca Cívica tiró de casta y de una defensa en zona que dio otro aire a la cuestión. Parcial de 0-7 y Unicaja por primera vez con dudas más que razonables. Jasen y Urtasun desatascaban el ataque, Satoransky entró en buena dinámica y de pronto había partido (53-47). Era el momento para un punto de inflesión que debía llegar desde el triple. English, negado una vez más, y Bogdanovic, erraron los tiros que Abrines y Valters acertaron en el otro aro y pese a la resistencia descomunal de Triguero el Banca Cívica hizo buena su tradición en el Martín Carpena.
FICHA TÉCNICA:
75 - Unicaja (22+20+11+22): Berni Rodríguez (10), Devries (10), Darden (-), Zoric (9), Freeland (14) -cinco inicial-, Abrines (8), Díaz (-), Sinanovic (9), Peric (4) y Valters (11).
66 - Banca Cívica (17+9+21+19): Calloway (4), Urtasun (11), Jasen (17), Bogdanovic (11), Triguero (9) -cinco inicial-, Satoransky (9), English (2), Guille Rubio (3), Tepic (-) y Balvin (-).
Árbitros: Arteaga, Araña y Sánchez Monserrat. Señalaron técnica al visitante Juanjo Triguero (m.32), por protestar. Eliminaron por cinco faltas personales al base del Banca Cívica Calloway (m.36).
Incidencias: Partido correspondiente a la última jornada de la fase regular de la liga, disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena ante 8.000 espectadores.
