R. V. / I. C.
Después de que Instituciones Penitenciarias le haya concedido el tercer grado, Farruquito sólo tendrá que permanecer en prisión ocho horas al día. Además, el fin de semana también podrá salir del centro. El bailaor podrá de esta forma cumplir con sus compromisos profesionales.
La aplicación del tercer grado ha supuesto que Farruquito, que cumple condena por el atropello mortal de Benjamín Olalla, esté disfrutando desde el pasado lunes del denominado horario laboral que le permite salir de la prisión a las ocho de la mañana y regresar a las doce de la noche.
La junta de tratamiento del Centro Penitenciario de Sevilla aprobó ayer el régimen del que disfrutará el bailaor los fines de semana y que, a buen seguro, comenzará a aplicarse a partir de este próximo.
Según informaron fuentes penitenciarias, Farruquito, que ingresó de forma voluntaria el 16 de enero de 2007, podrá disfrutar de todos los fines de semana fuera de la prisión. De esta forma, el bailaor saldrá del centro el viernes a las ocho de la mañana y no regresará hasta las doce de la noche del domingo.
Las mismas fuentes han indicado que el letrado del bailaor ha presentado una profusa documentación para que la junta le concediera el nuevo horario y los fines de semana, de tal forma que pueda cumplir con sus compromisos profesionales.
La decisión de la prisión se produce después de que la semana pasada Instituciones Penitenciarias le concediera el tercer grado, que había sido propuesto por la junta de tratamiento de prisión, después de que recomendara la concesión de este régimen de semilibertad.
Entre otros motivos, se alegaba la buena conducta tanto dentro de prisión como durante los permisos penitenciarios que, desde el mes de octubre, viene disfrutando el bailaor. Tras la concesión del tercer grado y, una vez que haya cumplido las tres cuartas partes de la condena, Farruquito podrá optar a la libertad condicional, que le permitiría salir de prisión durante lo que le reste de pena, siempre y cuando no vuelva a cometer un delito.
Juan Manuel Fernández Montoya tiene que cumplir tres años de prisión por los delitos de homicidio imprudente y omisión de socorro impuestos por la Audiencia Provincial de Sevilla por el atropello mortal del peatón Benjamín Olalla, ocurrido en septiembre de 2003.
Al bailaor también se le privó del permiso para conducir vehículos durante tres años y medio, además de 102.483,55 euros de indemnización para la viuda de la víctima, María Ángeles Madero, y 8.275,30 para cada uno de los padres del fallecido.
Asimismo, le impuso una multa de más de 12 meses con una cuota diaria de 100 euros. Además, consideró al artista autor por inducción de un delito de simulación de delito, por lo que se le impuso una pena de multa también de 12 meses con la misma cuota, que, recientemente, le ha sido ampliado el plazo para pagarla a dos años por la Audiencia.
