Las plantas de Opel en Europa tienen de momento garantizada su supervivencia, tras el acuerdo alcanzado entre la matriz General Motors y el fabricante Magna, con la ayuda económica del Estado alemán, que no podrá impedir un profundo recorte de plantilla. Mezcla de satisfacción y temor en Figueruelas.
"El acuerdo ofrece una perspectiva para el futuro de Opel y supone una oportunidad que se han merecido los trabajadores, sobre todo habida cuenta de que no son responsables de una situación que se deriva de la mala gestión de General Motors en EEUU", dijo ayer la canciller Angela Merkel.
El plan de supervivencia de Opel contempla una inyección de liquidez inmediata por parte de Magna de 300 millones de euros, reclamación que la casa matriz General Motors planteó a última hora y que hizo tambalear el acuerdo en su conjunto. El Estado germano y los cuatro Länder alemanes con plantas de Opel habilitarán créditos por un total de 1.500 millones, repartidos a partes iguales y concedidos a través de bancos públicos.
Mientras continúan las negociaciones entre Magna y General Motors (GM) para llevar a buen puerto lo que hasta ahora sólo es un preacuerdo (memorándum), se creará una entidad fiduciaria encargada de administrar el negocio europeo de GM. Con este modelo jurídico se ha logrado evitar que la inminente suspensión de pagos de la casa matriz arrastrara a las filiales europeas, entre ellas la española de Figueruelas.
Así, la ministra de Economía, Elena Salgado, se mostró ayer optimista sobre el futuro de la planta zaragozana de Opel". Es la más competitiva del grupo en Europa y además ya realizó los ajustes necesarios hace tiempo", aseguró. En su opinión, "en el caso de España estamos mucho mejor situados que otros países", ante la previsible reducción de costes que preparan los compradores de Opel.
En esta línea, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, celebró el pacto entre Magna y GM y comentó que el Gobierno español seguirá trabajando con el alemán y el de Aragón para garantizar la continuidad y los empleos de la fábrica de Figueruelas.
El objetivo principal del Ejecutivo, subrayó, es garantizar el mantenimiento de la fábrica y de los puestos, teniendo en cuenta que en el plan de adquisición de Opel figura el recorte de 10.000 empleos del total de 52.000 que tiene esta marca en varios países, entre ellos Alemania, Suecia, el Reino Unido, Bélgica, Polonia y España.
Corbacho advirtió, en este sentido, de que tanto las ayudas concedidas por el Gobierno central como el de Aragón a la industria de la automoción "tienen mucho que ver con la continuidad y el mantenimiento de la ocupación".
Por su parte, el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, destacó la preocupación del Ejecutivo autonómico por la plantilla e insistió en la necesidad de transmitir que esa fábrica es "la más eficiente" que el grupo tiene en Europa como aspecto que debe ser tenido en cuenta para el empleo.
El Gobierno de Aragón está pendiente de que haya garantías para la planta zaragozana para firmar un aval ya aprobado de 200 millones de euros. La fábrica da empleo directo a 7.500 personas y en la plantilla. Aunque existe satisfacción por la operación con Magna -el grupo tiene 74.000 trabajadores en 25 países y es el tercer fabricante de componentes del mundo, tras la japonesa Denso y la alemana Robert Bosch-, también hay preocupación por sus puestos.
