Economía

Flex refuerza su fábrica sevillana tras querer cerrar otras 2

La industria del descanso no escapa a la crisis económica que invade los bolsillos de los españoles. El descenso en la venta de colchones ha llevado a Flex a anunciar el cierre de dos de sus seis plantas españolas. (Foto: Gregorio Barrera).

el 14 sep 2009 / 20:30 h.

La industria del descanso no escapa a la crisis económica que invade los bolsillos de los españoles. El descenso en la venta de colchones ha llevado a Flex a anunciar el cierre de dos de sus seis plantas españolas. La buena noticia es que la fábrica sevillana no sólo no se cerrará, sino que saldrá reforzada.

Los motivos son los mismos que se utilizan para explicar el cambio de tendencia del crecimiento económico. El retroceso en la construcción de viviendas y el ya de por sí elevado endeudamiento familiar parecen estar detrás, a juicio de la compañía Flex, de la caída prevista para este año en la venta de colchones. Una tendencia, que ya comenzó a percibirse durante el año pasado.

El descenso previsto para este año del 9% en los colchones de muelles y de hasta el 17% en el caso de los de látex, han llevado a la compañía a cerrar dos de sus seis fábricas españolas, las situadas en Agoncillo (La Rioja) y Esparreguera (Barcelona), aunque en esta última mantendrá el almacenaje y la atención al cliente.

La plantilla y la producción de ambas plantas se repartirán previsiblemente entre las fábricas de Flex de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y de Getafe (Madrid), aseguraron fuentes de la compañía, de manera que Sevilla, que estaba especializada en la producción de colchones de muelles verá complementada su actividad con el "enfundaje y relleno" de los bloques de látex que antes se hacían en La Rioja y que, ahora, se subcontratarán a otra empresa.

Fuentes de Flex indicaron que la razón de mantener la planta sevillana responde a que es una de las que está "mejor preparadas en términos de inversión, maquinaria y mano de obra cualificada", con lo que a sus 72 trabajadores se le sumarán próximamente una parte de los 130 empleados afectados por el proceso de "reorganización" emprendido por la compañía y que se trasladó a los sindicatos.

El resto de plantas españolas que continuarán funcionando se localizan en Salamanca y Santa Cruz de Tenerife y Flex aún baraja si destinar algo de producción y plantilla a las mismas, precisaron las fuentes.

Con estos movimientos, Flex que ha invertido 27 millones de euros en sus seis fábricas nacionales desde 2002, pretende hacer frente a las nuevas circunstancias del mercado, ahorrar costes y ganar en competitividad ante la caída prevista para este año del 4% en la venta de colchones y del 7% estimada para 2008.

Flex prevé cerrar el ejercicio con un volumen de negocio de 304 millones, un 17% más respecto a los 259 millones de 2006.

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