Televisión

Frases desafortunadas

La pequeña pantalla regala momentos que provocan un gran desconcierto entre la audiencia.

el 27 ago 2014 / 10:54 h.

Pero qué hacen! «Esto no puede estar pasando». «No doy crédito». Cuántas veces la audiencia habrá pronunciado tales expresiones, o sucedáneas, frente a la querida pantalla de televisión. Los programas regalan momentos inolvidables, pero también muchos otros que se quisieran borrar de la mente, o se desearía que nunca hubieran ocurrido. No hay que ponerse tan dramáticos en todo el top ten, otros simplemente provocan desconcierto en la audiencia. Todos ellos forman parte de una lista de instantes desafortunados que recoge esta página. Como sucede siempre, no están todos los que son, pero sí son todos los que están. Aida-NizarLa colaboración de la polémica Aída Nízar en Crónicas Marcianas acabó de la forma más desafortunada posible. En un arrebato de furia, Aída le dijo a un discapacitado que no quiso saludarla: «Dios da a cada uno lo que merece». Declaraciones que le valieron un inmediato «hija de puta» de Javier Sardá y el punto y final a su experiencia en el late show de Telecinco. Tampoco se libró de la ira de Jorge Javier Vázquez en la última edición de Supervivientes. Tras ser expulsada por la audiencia, tuvo una segunda oportunidad y regresó a Honduras durante una semana. En ella, aprovechó para interrogar a Rosa Benito sobre Ortega Cano, días después del accidente del extorero en 2011. La a posteriori ganadora de Supervivientes desconocía el suceso y contestó con ingenuidad a las preguntas. La noria, el programa de Telecinco, invitó a la madre del Cuco, para que diese su versión de los hechos en torno a lo ocurrido con la muerte de Marta del Castillo. Una entrevista desafortunada ya que la participación era remunerada. Un hecho que provocó una indignación general de los espectadores que acabó con el cierre del espacio tras la sucesiva pérdida de anunciantes. Por su parte, Nieves Herrero se trasladó junto a su equipo de De tú a tú a Alcácer para hacer una edición especial la noche en que aparecieron los cuerpos de las niñas asesinadas. El resultado: uno de los programas más desacertados de la televisión. La audiencia criticó el morbo del espacio y denunció el sufrimiento de la familia y del pueblo. Durante un tiempo tanto los responsables como la periodista defendieron su desempeño aquel día, pero con los años todos se han acabado arrepintiendo. Adiós a su aventura, Si Aída perdió su trabajo en Crónicas Marcianas, Argi dijo adiós a su aventura en Gran Hermano tras manifestaba su apoyo a ETA, al afirmar: «A la última manifestación a la que he ido ha sido para pedir la vuelta de ETA». Asociaciones de víctimas del terrorismo, público e incluso programas de otras cadenas pusieron el grito en el cielo y los responsables no tardaron en tomar una decisión a pesar de las disculpas de la joven: «Haz las maletas». mariloMariló Montero, por su parte, ha regalado numerosos momentos a la audiencia, pero hay uno que destaca por su naturaleza. Al opinar sobre los órganos del asesino de El Salobral, en la conclusión del editorial de La mañana de La 1, la presentadora se dirigió directamente a la cámara para compartir su alegría porque los órganos no fueran donados: «He sentido tranquilidad al saber que los de este hombre no van a dar vida a nadie. Nunca se sabe si ese alma está también trasplantada». Tras su pequeña reflexión, la Montero se despidió: «Salud y suerte». Y se quedó más ancha que larga, que ya es decir. Aquí hay tomate marcó una época en la televisión con momentos donde el tacto brillaba por su ausencia. Como ejemplo recuperamos el cebo en el que tras una cogida de un toro a Ortega Cano el programa rotuló: «Más cerca de Rocío», ya fallecida La más grande. Amigas y conocidas está dando que hablar. Las cinco chicas e Inés Ballester comentaron el triste fallecimiento de Robin Williams. El momento menos acertado fue cuando Loles León afirmó que la cancelación de la serie ( The Crazy Ones) y otros proyectos podrían haber afectado al ánimo del actor. Inés Ballester le respondió con un «¡No digas eso, a ver si no nos renuevan a nosotras y, tras esto, pudiera pasar cualquier desgracia!».

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